Alieto Guadagni: «Pensar en educación es pensar qué es bueno para los chicos»

Contador público de profesión. Ocupó gran variedad de cargos públicos a nivel nacional y provincial. Maneja una enorme cantidad de temas con la misma seriedad: Educación, Economía, Energía, Política, entre otros. Escribió su primer libro sobre educación justo antes de terminar el siglo XX. Nos encontramos a conversar sobre este tema que nos preocupa a todos. Problemas, soluciones y necesidades de la educación argentina.


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¿Cuál es el rol social de la educación en un país como el nuestro?

Asegurarnos el futuro y la inclusión social, afirma sin dudar. Estamos en el siglo XXI, no el en siglo XIX, en el siglo XIX usted podía crecer y progresar como país con los recursos naturales. Hoy tiene que crecer con la ciencia y la tecnología. Necesitamos otra generación del 80, la generación que hizo la Ley 1.420 y puso a la Argentina a la vanguardia de la educación en América Latina. A principios del siglo XX había más analfabetismo en Portugal, España y Grecia que en Argentina. Hoy está totalmente distinto.

¿Y cuándo empezó esta decadencia? ¿Qué pasó?

No hay muchas evidencias empíricas sobre cuándo comenzó. Hay un indicador clave en la década del 90. La oficina regional de la UNSECO en Santiago de Chile realiza las pruebas PERCE, SERCE y TERCE que miden el nivel de conocimiento de los chicos. La PERCE se hizo en el 93 o 94 en la escuela primaria: Cuba salió primero, Argentina salió segunda. En 2006, Cuba no se presentó y nosotros salimos novenos. En general, en todas estas evaluaciones Argentina está por debajo de los grandes países Latinoamericanos, entonces claramente el retroceso existe.

¿Y no sabemos por qué?

Hay muchas hipótesis. Hay cuestiones muy elementales: tenemos el calendario escolar más corto del mundo, la mayoría de los países tienen 900 horas de clase por año, Cuba tiene mil, los chilenos tienen mil y pico. Nosotros, 720 ¿por qué? Primero por un tema de días, pero también por un tema de horas. En Argentina muy pocos chicos tienen jornada extendida.

La doble jornada es más importante y necesaria para los chicos más pobres. Los de clase media o media alta llegan a la casa y hay una biblioteca, el padre es ingeniero, la madre es escribana, es un ambiente cultural distinto. El chico que vive en la villa va a la casa y, para empezar, a veces, no tiene casa, se mete en una pieza donde son siete; la madre es semi analfabeta y el padre no existe. Es un problema muy grande. Es lo que se llama la reproducción intergeneracional de la pobreza: naciste pobre, tus padres fueron pobres y tus hijos van a ser pobres. Lo único que puede quebrar eso es la escuela.

Da la sensación de que tenemos dos grandes problemas que se retroalimentan: por un lado, una mala educación y por otro lado la exclusión ¿qué se ataca primero, la pobreza o la calidad educativa?

Lo voy a responder con una anécdota: una vez estaba en una reunión interministerial Latinoamericana y el representante del gobierno argentino dijo “estamos más preocupados por la igualdad que por la calidad” y el ministro de educación de Brasil dijo “en Brasil nos ocupamos de las dos cosas al mismo tiempo”. Es falso decir que una cosa va primero que la otra, las dos van juntas o no van.

¿Y en las escuelas privadas, la educación es mejor?

Si nos comparamos con el resto del mundo, los chicos ricos argentinos saben menos que los chicos pobres de Vietnam. Internamente en general, los chicos ricos saben más, pero cuando nos comparamos, el rezago es general

¿En qué nivel está el peor problema? ¿Primario, secundario, universitario?

Es todo el sistema. El problema Universitario es otro, y es muy simple: Argentina no tiene graduados universitarios. Me pueden preguntar ¿cómo que no hay graduados universitarios si todos los países del mundo tienen examen de ingreso y acá entramos todos a la universidad? Justamente por eso, porque como podemos entrar todos, ninguno se prepara antes.

El discurso a favor del ingreso irrestricto es que las restricciones perjudican a los más pobres. Puede ser cierto. Pero entonces no le exigimos nada a nadie para que estudien en la secundaria. En la mayoría de los países, el Estado Nacional toma un examen de graduación secundaria. Me pueden decir que a los chicos de escuelas privadas les va a ir mejor. Es probable, pero por qué no usamos los medios informáticos y la televisión pública para entrenarlos durante el período previo y que piensen que, en el último año del secundario, además del viaje de egresados, hay que estudiar. Esto puede parecer muy conservador, pero de conservador no tiene nada. Esto es apuntar al futuro.

¿Es una cuestión de recursos o también hay una falta de ideas?

No hay ninguna garantía de que con más plata vamos a estar mejor. No es solamente un problema de gasto, de recurso. Son muchas cosas, cuestiones legales, calendario corto, no hay estímulo para ir a enseñar a las zonas pobres.

Cada vez que alguien considera un tema de carácter educativo, ante la duda, tiene que hacerse una sola pregunta: ¿qué es bueno para los pibes? Acá nos hemos olvidado de que el sistema educativo es para los ellos. Todos creemos que son los docentes y el ministro de educación. No, ellos están al servicio de los chicos.

Probablemente la batalla más importante sea la formación de los docentes. Es la gran batalla.

alieto guadagni¿Usted preferiría que se cree un modelo educativo o hay modelos para seguir?

A mí me gustaría un modelo más descentralizado en el cual el director de la escuela y la comunidad educativa local empiecen a tener más papel. No creo en los regímenes centralizados, creo que son muy caros, no estoy de acuerdo con que un tercio de los cargos docentes estén en el centralismo burocrático. Siendo embajador en Brasil, tuve la experiencia de Minas Gerais, que es el estado más progresista en materia educativa. Hablando con el gobernador, me dijo: “entre este gobernador y las 4.000 escuelas no hay nadie en el medio, todos los meses salen 4.000 cheques a la orden del director de la escuela” ¿Y quién nombra al director de la escuela? La comunidad local. Entonces, lo miré al ministro de educación y le pregunté “¿y usted de qué se ocupa? Yo me ocupo de 4 cosas: hago los programas de estudio, formo a los maestros, tengo la televisión y la imprenta educativa.

Acá el consejo escolar es por distrito. Va el que no pudo ser concejal porque el consejero escolar es el primer paso de la carrera política.

Loa gente de la cooperadora que no tiene una ambición política: van a pintar, a organizar una kermese ya no forman parte de las decisiones. La cooperadora se ha debilitado mucho.

El tema es esto que comentábamos al principio, chicos con cada vez menos posibilidades de aprender y escuelas que a esos chicos les da lo peor sistema educativo

Correcto y además el proceso es acumulativo porque no tengo toda la información, pero sospecho. Acá a 4 cuadras está el colegio 5 esquinas, que fue el colegio clásico de Buenos Aires, todo el mundo iba ahí. Poco a poco fue cambiando, ahora vienen los chicos de la villa. ¿Y qué pasa? Los hijos de los porteros de todo este barrio van a escuelas privadas y ese proceso cuando comienza, se acelera porque los padres también eligen el colegio pensando en de quién se va a hacer amigo su hijo, cuál va a ser el futuro. Esto empieza y es una bola de nieve. Cuando de un colegio público se va la clase media alta, al año siguiente se van cada vez más, no va a quedar ninguno.

¿Tenemos un problema cultural además? ¿Está muy dañada la sociedad?

Es interesante. Son hipótesis. La Argentina es un caso único en el mundo. Fue el país del mundo que recibió más inmigrantes en millones per cápita. Y eso produjo un cambio cultural único en el mundo. La historia de los que vinieron produjo una fortaleza social tremenda, tremenda, tremenda, –en cada repetición va bajando el tono para hacerlo más intimista- y eso se fue diluyendo.

¿Hay salida? ¿Cuántos años necesitamos?

Lo importante no es cuántos años necesitamos, sino cuándo empezamos. Hay que empezar ya. Y yo creo que estas cosas sirven, que hablemos del tema. Tenemos que empezar a ser conscientes.