El Combate del siglo: Martín Karadagián contra el Capitán Piluso marcó un hito en la vida del luchador. Fue el impulso para que los titanes y el ring llegaran a la televisión y al corazón de la gente.
Martín Karadagián nació el 30 de abril de 1922 en un conventillo de San Telmo. Hay distintas versiones sobre su infancia, muchas creadas por él mismo. Una de ellas cuenta que sus primeros años fueron de lucha. Trabajó desde muy chico lustrando zapatos y vendiendo caramelos en los tranvías para ayudar a su madre, Paulina Fernández, a susbistir. Sin embargo, su versión de los hechos es algo más pintoresca, ya que el mismo Kradagián aseguraba » yo fui empresario lustrabotas, compraba los cajones y se los daba a otros pibes para que trabajen para mí» y también «junto con un rengo, Media Gamba, repartíamos en los tranvías paquetes de caramelos, a los que primero manchaba con barro, así, junto a las monedas, me devolvían los caramelos”.
Pero fue otra la pelea que cambió su vida. Martín comenzó a practicar lucha greco-romana y a los ocho años se convirtió en Campeón Panamericano Infantil en Detroit representando a la Asociación Cristiana de Jóvenes. Cuatro años más tarde, se consagró campeón mundial de la categoría cadetes mayores en Londres donde, según sus propias palabras, «la mismísima reina Isabel me dio el premio”.
Llegar al Luna
Llegó al Luna Park a los 18 y comenzó a practicar catch as catch can –“agárrese como pueda”, en inglés. En la década del 50 era protagonista indiscutido del espectáculo y a principios de los 60 dominaba el negocio del catch. Pero además de luchador en todos los sentidos, Karadagián tenía una gran visión comercial. Cuando vio que el catch empezaba a perder fuerza, tuvo una gran idea: llevarlo a la televisión.
Gran contador de historias, hay muchas sobre su vida y sus aventuras por el mundo. Aseguraba que había matado a tres contrincantes en el ring y que había amasado y perdido varias fortunas trabajando de luchador itinerante y también de importador de joyas y oro.
Escenarios y cuadriláteros
Además de al ring, Karadagián quiso subirse a los escenarios y estudió actuación. En 1957 filmó una película de poco éxito llamada “Reencuentro con la gloria”, en la que representaba el papel de un luchador en decadencia, que accidentalmente mata a un contrincante en el ring. Luego le tocó compartir pantalla con Olmedo en “Las aventuras del Capitán Piluso en el castillo del terror”.
Llegado el momento, Piluso fue la llave para entrar al mundo de la televisión. Karadagián retó al joven Olmedo de sombrero marinero a un combate televisado. Las entradas se agotaron y el evento marcó más de un hito: Canal 9 estrenó su equipo de exteriores. El “Combate del siglo” (así se lo llamó) tuvo lugar el 12 de noviembre de 1961 en el Luna Park, el presentador fue Pipo Mancera quien aseguró que en el estadio había 40.000 personas (todo un dato si se tiene en cuenta que solo tiene capacidad para unos 25.000). La pelea la ganó el Capitán Piluso, ayudado por Coquito, pero el verdadero triunfo fue del armenio que obtuvo un contrato para llevar su show a la tele el año siguiente.
La jornada terminó con Martín, Piluso y Coquito recorriendo las calles en dos camiones de gaseosa, escoltados por El Indio Comanche a caballo para recolectar juguetes para la Feria Fantástica de la Solidaridad.
El sábado 3 de marzo de 1962 fue la emisión inaugural de un hito de la historia televisiva nacional, Titanes en el Ring que convertiría al recio luchador en ídolo infantil.