Pequeños cambios de hábito pueden significar mucho para el cuidado de nuestro planeta. Solo es cuestión de informarse y decidirse a cambiar para hacer un futuro mejor y un aire más limpio para todos.
Una persona camina por la calle, pela un caramelo para su hijo y tira el papel al piso. El portero del edificio baldea la vereda con la manguera abierta, pasa un vecino y se ponen a charlar, la manguera sigue abierta. Una familia sale de paseo; en la casa quedan las luces de los dormitorios y las computadoras prendidas.
Es cierto, estos pequeños actos no llegan a causar ni un milésimo del daño que puede causar una fábrica que tira elementos contaminantes al río, por ejemplo. Pero si multiplicamos por miles y millones esas pequeñas acciones individuales, veremos que con poco podemos ayudar mucho y que cada buena práctica, cada acción consciente y responsable es significativa e importante para el cuidado del ambiente. Cada uno de nosotros tiene un rol fundamental. Niños, adolescentes y adultos pueden llevar adelante hábitos, actitudes, comportamientos y acciones cotidianas con un impacto positivo en el ambiente.
Una tarea de todos y sobre todo de cada uno
Tomar consciencia de que el cuidado del medio ambiente también es nuestra responsabilidad es el primer paso para comenzar a ser parte de la creación de un mundo más sano y limpio. La información es el segundo.
Algunas acciones cotidianas recomendadas desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación son:
Reducir el consumo de agua: la vida depende del agua. Es una fuente insustituible y fundamental. Además de ser esencial, es un recurso agotable y el acceso a agua potable es cada vez más escaso a nivel mundial.
- Reparar los caños y llaves que goteen en cocinas y baños: una canilla que gotea desperdicia aproximadamente 46 litros de agua por día.
- Cambios de hábito simples como cerrar la canilla al enjabonarse las manos, afeitarse o lavarse los dientes son importantes: una llave abierta consume ¡hasta 12 litros de agua por minuto!
- Hacer lavados solo cuando se junta bastante ropa es importante pues el lavarropas consume aproximadamente 100 litros por ciclo.
- Al lavar vajilla o el auto no es necesario dejar todo el tiempo el agua correr.
- Regar el jardín a la noche para que el agua no se evapore
- Tener en cuenta que una ducha breve (de 3 a 4 minutos) demanda unos 40 litros de agua, mientras que un baño de inmersión, 150 litros.
Usar racionalmente la energía: es otra acción importante. Hasta las más pequeñas acciones son valiosas.
- Apagar las luces cuando no se las utiliza
- Usar lamparitas bajo consumo o led
- No dejar las pantallas de computadora prendidas si no se usan, o mejor, en lo posible, apagar el equipo completo.
- En verano usar el aire acondicionado en 24 °C. Según datos de ENARGAS, cada grado de diferencia supone un ahorro de un 8 % de energía.
- Aprovechar la luz natural todo lo que se pueda, abriendo persianas y cortinas.
- Aislar correctamente puertas y ventanas para no perder calor en invierno ni el frío del aire acondicionado en verano.
- Mantener persianas cerradas durante las horas de más calor ayuda a que la temperatura de la casa no se eleve tanto.
Reducción de residuos: es una tarea más fácil de lo que parece. Tiene varias claves.
- Disminuir el consumo de productos envasados.
- Reducir el uso de plástico rechazando bolsas innecesarias y reemplazándolas por las bolsas de tela o por changuitos para hacer las compras.
- Limitar el consumo y evitar las cosas superfluas que se descartarán rápidamente.
- Elegir productos con envases retornables.
- Reutilizar todo lo que se pueda.
- Limitar el consumo de papel, adhiriendo a facturas y resúmenes electrónicos, usando ambos lados de cada hoja.
- Comprar cuadernos o resmas, que estén certificadas (FSC).
- Hacer una compostera para evitar los residuos orgánicos y cuidar tus plantas.
Optimizar el uso del transporte: los gases generados por los vehículos a combustión son altamente dañinos, y hay muchas formas de reducirlos.
- Utilizar el transporte público o compartir los viajes en auto.
- Elegir la bicicleta o la caminata para distancias que lo permitan, lo que a la vez trae grandes beneficios para la salud.
Cada buena práctica, cada acción consciente y responsable de las personas, es significativa e importante para el cuidado del ambiente. El ambiente, “nuestra casa común”, es el lugar que habitamos y compartimos con otros seres vivos y que nos permite acceder a diferentes recursos. Constantemente sufre modificaciones y alteraciones. Algunas son de origen natural y otras son causadas por los hombres y las mujeres y sus distintas actividades y ocasionan diferentes tipos de impacto. Hoy en día, también entendemos y podemos visibilizar los problemas ambientales como problemas complejos e intentamos comprenderlos y analizarlos desde diversas miradas y ejes; somos más conscientes de cómo nuestras acciones repercuten en el entorno. Tenemos la posibilidad de construir nuevas realidades, nuevos estilos y formas de desarrollo sustentables en las que tengan lugar y espacio la manifestación de lo diverso, en lo cultural y en lo natural, y la realización de potencialidades individuales y colectivas.
Para la mejora, entonces, es necesario asumir un desafío: el de tomar caminos que permitan lograr el desarrollo sustentable con relaciones más justas, equilibradas y solidarias con el ambiente en todas sus dimensiones.