Hablar en público: técnicas y consejos para capturar a la audiencia

hablar en público
Imagen de wavebreakmedia_micro en Freepik

Herramientas y consejos para hablar en público y lograr comunicar lo que queremos a nuestra audiencia.  


La película El discurso del rey está basada en una historia real en la que el Duque Jorge de York debe superar su tartamudez para poder hablar en público. Si bien el Duque tenía una condición particular que aumentaba su dificultad, el miedo a hablar en público es algo muy común,

Esta sensación de temor se llama glosofobia e incluye una amplia gama de miedos que van desde el temor a olvidar el discurso hasta la certeza de que el público nos rechazará o pensará que lo que decimos es irrelevante.

También es común pensar que la audiencia se va a aburrir o que haremos el ridículo o, peor aún que quedaremos congelados sin reacción.

Superar la glosofobia no es fácil, pero algunas herramientas y tácticas pueden ayudarnos a mejorar esta habilidad

La naturalidad es creíble

La autenticidad es fundamental porque es la manera de ganar credibilidad. Debemos ser los primeros en creer en lo que estamos diciendo.

Desde la elección de la ropa hasta los tonos que usamos, todo debe ser auténtico y mostrar nuestra propia identidad.

La práctica hace al maestro

Una vez que tenemos armada y revisada la presentación o lo que tenemos que decir, practicarla es muy importante. Frente a un espejo, un amigo o grabando un video, practicar no sólo el contenido sino también la gestualidad, proporciona una seguridad en el momento de enfrentarse a la audiencia.

Imagen de pressfoto en Freepik

Nervios afuera

Nada más traicionero que los nervios a la hora de hablar en público. Un alto porcentaje de gente reconoce sufrir un alto grado de nerviosismo en esta circunstancia.

No existe el remedio universal para esto. A cada uno le funcionará una técnica diferente que puede ir desde la meditación hasta tener un objeto de la suerte.

Una buena idea, si los nervios atacan durante la presentación es tomarse unos segundos, respirar, tomar agua y retomar el discurso.

Simon Sinek, el escritor y motivador inglés, contó una anécdota reveladora. Después de ver entrevistas a deportistas importantes, notó que muchos aseguraban que antes de una competencia importante no estaban nerviosos sino emocionados.

Sinek decidió imitarlos. Ante las clásicas señales de ansiedad como las manos sudorosas, o el aceleramiento del corazón se dice a sí mismo: “No estoy nervioso, ¡estoy emocionado!”.

Un tema bien definido

Un objetivo siempre es importante, Saber qué pretendemos generar en la audiencia nos podrá guiar en toda la presentación, desde el armado hasta la ejecución. Es importante determinar puntos clave y aspectos a destacar.

Herramientas de apoyo

El material de apoyo como presentaciones, imágenes o videos es muy útil. Sin embargo, es importante manejarlos bien y no dejar de mirar a la audiencia.

El contacto visual es muy poderoso y es importante manejarlo bien, cambiando el foco hacia distintas partes del auditorio.

A la hora de armar la presentación, es importante recordar que se trata de una ayudamemoria con los puntos más salientes, por eso no debe contener demasiado texto.

Principio y final

Imagen de wavebreakmedia_micro en Freepik

Los dos momentos más importantes de una exposición son el principio y el final. Por eso es fundamental tener una buena frase al principio para generar una buena predisposición y expectativa.

Asimismo, la actitud que tengamos al comienzo es muy importante. Una opción es acudir al humor, pero hay que tener cuidado al usarla porque si falla, puede ser contraproducente.

Llamar la atención al comienzo es fundamental para captar la atención. Hacerlo al final es importante para que nos recuerden. Por eso es importante guardar algo interesante también para el final.

Muchas gracias

Son las palabras mágicas para cerrar una buena presentación y dejar a la audiencia con la sensación de que todo queda perfectamente claro.

 

Estos consejos pueden contribuir a que la próxima vez que estemos frente a un auditorio, nos llevemos un reconfortante aplauso.

Desde ya, ¡muchas gracias!