Para entrenar el cerebro y la memoria no necesitamos pesas ni un gimnasio, solo estos consejos y las ganas de mantenerlo siempre joven.
En el cielo las estrellas, en el campo las espigas… ¿Cuántas cosas guardamos en nuestra memoria y cuántas olvidamos?
La memoria es una función del cerebro que permite codificar, almacenar y recuperar la información del pasado.
El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española la define como la “Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado”.
En términos prácticos, es la demostración de que hemos atravesado un proceso de aprendizaje.
De alguna manera es una suerte de intermediaria con el mundo: aprendimos qué es un tenedor y qué es una birome y recordarlo es lo que nos permite comer con el primero y escribir con la segunda.
La memoria nos permite, también, evocar ideas, sentimientos e imágenes que nos definen. En gran parte, somos lo que recordamos.
Ejercitar el cerebro y la memoria nos permite vivir una vida más plena.
No hay edad para aprender
Es cierto que con la edad ciertas habilidades cognitivas se debilitan. Según los últimos descubrimientos de la neurociencia, el cerebro alcanza su máximo rendimiento entre los 16 y los 25 años, luego el funcionamiento cognitivo va disminuyendo.
Sin embargo, también es cierto que aprender y practicar ejercicios para el cerebro y la memoria puede ayudarnos a mantener una mente sana a cualquier edad.
La mente también va al gimnasio
Hay muchas maneras de mantener una mente saludable, empezando por la conocida frase “mens sana in corpore sano” que se consiguen con hábitos saludables e higiene del sueño, y continuando con ejercicios y actividades para entrenar nuestra mente y ayudar a nuestro cerebro a estar siempre activo.
La estimulación cerebral favorece al desarrollo de nuevas interconexiones neuronales, y trae muchos otros beneficios como:
- Mejorar el funcionamiento de la memoria a corto plazo
- Aumentar la agilidad mental
- Mejorar la comprensión lectora
- Aumenta la creatividad
- Mejorar la autoestima
- Reducir el estrés
- Sumar felicidad
- Incrementar la capacidad de razonamiento
- Ayudar a resolver problemas
- Aumentar la concentración
- Contribuir a la prevención del Alzheimer
Cómo ejercitar la mente
Con estos simples hábitos y ejercicios es posible ayudar al cerebro a estar siempre saludable.
Consciencia del tiempo
Marcar el día, mes y año actual ayuda a trabajar la orientación temporo- espacial, una de las capacidades más importantes.
La consciencia del tiempo activa el proceso de nuestra memoria, nos permite recordar el pasado, vincularlo al presente y ser consciente del espaciotemporal presente.
Con otros
La vida social y las actividades en grupo como juegos de mesa u otras actividades de ocio y recreación, o talleres para aprender algo nuevo o perfeccionar alguna habilidad son grandes aliados para la salud de nuestro cerebro y memoria.
Mirar
Ejercitar la memoria visual es tan fácil como beneficioso. Desde simplemente mirar una revista o un paisaje e intentar recordar lo que vimos y enumerarlo hasta utilizar juegos tipo “busca las diferencias”, “parejas de cartas”, etc.
Ejercicios mentales
Ejercitar la mente es vital. Crucigramas, sudokus, rompecabezas son herramientas perfectas para lograrlo.
En el sitio ecognitiva.com hay una serie de ejercicios para descargar de manera gratuita. Están ordenados por objetivo y son entretenidos y útiles.
Orta opción es el sitio Ejercicios de memoria que ofrece una serie de entrenamientos diarios.
Ejercicios con sentido
Estimular los sentidos es una manera de estimular también el cerebro. El gusto y el olfato son ideales para eso. Probar cosas nuevas, intentar identificar sabores y aromas ayuda a trabajar el recuerdo y la asociación con la memoria.
El tacto también puede ejercitarse intentando reconocer objetos con los ojos cerrados.
Motricidad
Las habilidades de psicomotricidad fina como tejer, dibujar, pintar, colorear o armar rompecabezas estimulan el cerebro y la memoria.
Un as en la manga
Los juegos de cartas practicados con regularidad ejercitan el cerebro y la memoria. Así lo afirma la Academia Estadounidense de Neurología (American Academy of Neurology).
Los libros no muerden, sanan
Leer es otra actividad que aporta grandes y muchos beneficiosa. Permite acceder a nueva información, ampliar el vocabulario y, sobre todo, estimular la memoria. Con la lectura comprensiva el cerebro pone en marcha dos procesos: el reconocimiento de las palabras y la decodificación del significado del texto.
Leer en voz alta intensifica los beneficios.
Música para el cerebro
Sumar la música a la rutina diaria es una manera de ejercitar el cerebro y la memoria sin esfuerzo. Escuchar música estimula las conexiones neuronales del cerebro. Hacerlo justo antes de empezar a memorizar algo, puede ayudar a retenerlo más fácilmente.
Escribir
Escribir a mano, una costumbre que va en retroceso entrena las habilidades motoras y cognitivas e impulsa la capacidad visual. De paso, es posible mejorar la ortografía y la capacidad de expresión.
Meditación y memoria
La meditación de atención plena en prácticas como el Mindfulness ayudan a ejercitar la memoria a corto plazo.
Además, la meditación reduce el estrés y por lo tanto protege el cerebro.
Aprender para activar
El cerebro necesita acción para estar siempre activo. Al aprender algo nuevo, cambiar muebles de lugar, o cambiar ciertas rutinas como el camino a casa desde el trabajo o la escuela o cepillarse los dientes con la mano contraria a la habitual, lo obligamos a trabajar y esforzarse, o lo que es lo mismo, a mantenerse activo.
Mente y cuerpo
Todas estas actividades deben complementarse siempre con hábitos saludables. La actividad física, una alimentación saludable y una higiene del sueño proporcionan grandes beneficios para el cerebro, lo protegen de un deterioro cognitivo prematuro, y reducen el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas.
Hay muchas maneras de ejercitar el cerebro y la memoria para mantenerlo activo y saludable. ¡A entrenar!