Cuál elegir, cómo llenarla, cómo armarla: secretos y consejos para la vianda escolar.
Se acerca el comienzo de clases y con el, uno de los regresos más temidos para madres y padres de niños en edad escolar.
Vuelve la vianda.
Elegir bien
Primero es necesario elegir la vianda más conveniente. Y para esto, hay muchas cosas que conviene tener en cuenta.
Hay tres ítems que es importante evaluar:
- La elección de la vianda
- La ingeniería de tuppers, cubiertos y botellas para llevar adentro
- El menú
La elección de la lunchera:
Este es un mundo variado. El tema evolucionó mucho desde que Laura y Mary Ingalls llevaban sus latitas con manija cubiertas con una servilleta a la escuela-iglesia-municipalidad de Walnut Grove.
Y ahora hay para todos los gustos y de todos los colores.
Están las rígidas (como pequeñas heladeritas), las de tela y toda su enorme variedad que va desde la clásica lisa cuadrada, pasando por la carterita hasta las que tienen formas de animales, trenes, autos y todo lo que a la industria se le pueda ocurrir.
Todas tienen sus pros y sus contras: las rígidas son pesadas, voluminosas y poco flexibles, pero conservan mejor y son fáciles de limpiar.
Las más flexibles conservan menos, pero son más fáciles de llevar, de guardar en casa y las cosas se acomodan mejor.
Ingeniería de alta complejidad:
Si el contenedor es importante, el contenido lo es aún más. Y no solo en lo que respecta a la comida.
Antes de eso hay que lograr encontrar la perfecta combinación de tuppers que entren en la lunchera.
Uno para el plato principal, uno para la ensalada y otro para el postre.
Además, una botellita para el agua o el jugo y se suman la servilleta, los aderezos y los cubiertos.
Así que, antes de comprar un tupper, es importante medir la lunchera para ver si entra.
La hora de la verdad
Si elegir los recipientes requiere una estrategia, el contenido es aún más complicado.
Algunos consejos:
Hits y solo hits
Hay una realidad: los chicos no van a comer en el colegio lo que no comen en sus casas. Por eso siempre conviene mandar lo que sabemos que les gusta.
Apto para microondas
Si en el comedor les calientan la comida en el microondas, es importante tener en cuenta ese detalle al elegir el menú.
Un bife o el resto de asado ya cortado tiene menos posibilidades de quedar rico después de pasar por el microondas que un plato de fideos con salsa o un guiso. Cosas que no se sequen o queden duras, ni mucho menos gomosas.
Alimento y seguridad
Aunque les encanten, los platos raros son solo para casa. Muchas veces los compañeros se burlan de algo que les resulta desconocido. Y si eso sucede, el niño se puede sentir incómodo y guardar la comida solo para evitarse el mal trago de la burla.
El tamaño sí importa
Las porciones demasiado abundantes no son lo ideal. En general a los chicos les dan poco tiempo para comer y si no terminan, a veces se quedan sin comer el postre.
¡Sorpresa!
A partir de primer grado ya leen un poco y siempre es posible mandarles un mimo sorpresa: una notita deseándoles un buen día, un dibujito o una golosina que les guste.
Recreos saludables
El snack de media tarde es todo un tema. Algunas alternativas para no caer en las galletitas dulces son: frutas, cereales, barritas, sandwichitos o rollitos de fiambre.
Una lista posible
No es fácil, a veces se pueden hacer comida extra la noche anterior o acudir una lista de clásicos que se van alternando.
Como por ejemplo:
- Guisos en todas sus formas y colores
- Milanesas infalibles en todas sus versiones
- Fideos (no te olvides el queso, venden unos mini tuppers que son una divinura y tienen el tamaño ideal para mandar queso y otros aderezos)
- Ravioles: a veces funcionan, pero en general se pegotean demasiado
- Pastel de papas: un clásico (ideal para tener congelado en porciones)
- Empanadas (no olvidar la servilleta)
- Sandwichitos para los días de calor
- Patitas (benditas sean)
- Tortilla de papas
- Torrejas
- Las tartas se la bancan hasta ahí (si les ponés una servilleta abajo, no se humedecen tanto al calentarlas)
- Menos puré y más ensaladas: siempre en tupper aparte porque si no en muchos coles va la lechuga al microondas. Los tomates cherry siempre son grandes aliados.
Los postres
Para no caer siempre en el postrecito, las frutas son siempre una buena opción: un chorrito de jugo de limón evitará que se pongan negras las manzanas y peras, por ejemplo. Las mandarinas o las uvas son fáciles de comer y en época de frutillas, son un clásico que no falla.
Con estos consejos, la batalla de todo el año puede ser mucho más fácil para que los niños coman rico y saludable.