Muchos factores interactúan para que una persona pueda encontrar su lugar y su actividad. Dentro de este paradigma, las profesiones vinculadas a la salud tienen sus especificidades.
Inclinación, afición, preferencia, proclividad, tendencia, aptitud, gusto son algunos sinónimos que proporciona la RAE cuando habla de vocación.
Si bien la vocación es algo personal, son muchos los factores que influyen a la hora de elegir una carrera que luego se transformará en un trabajo y, también, en una forma de vida.
Más allá de la idea del llamado (la etimología de la palabra vocación se relaciona con el vocare latino), la vocación es, sobre todo, una búsqueda que se va desarrollando durante los años.
“En algunos momentos se creía que la vocación era un llamado cuasi divino, que uno estaba de alguna manera predeterminado a seguir una carrera, porque había un llamado que nos orientaba hacia esa área en particular. De hecho, muchas carreras todavía están vinculadas con lo vocacional desde el imaginario social, como la docencia, la medicina y algunas otras.
Entonces, hay algo que tiene que ver con la vocación en términos de un gusto y un interés personal que muchas veces se manifiesta desde chicos por algún campo en particular, por algún despliegue profesional en particular. Sin embargo, hoy por hoy cuando pensamos en la vocación, en realidad también pensamos en muchas variables que tienen que ver con otros aspectos que hacen que alguien termine decidiendo por una u otra cosa” explica la Lic. Verónica Groch, especialista en orientación vocacional.
Nacer o hacerse
Aptitudes, entorno familiar, un evento de la historia personal, contexto, un maestro que deja huella, o, muy probablemente, una combinación de todos esos factores. Técnicamente, la vocación es la inclinación hacia una ocupación o actividad específica que se percibe como significativa, satisfactoria y coherente con los propios valores, habilidades y aspiraciones personales.
“Uno puede pensar si la vocación es algo que fuera casi innato ¿en qué medida el contexto social, económico, histórico influencia en eso? ¿Cómo alguien puede querer tener una vocación de algo que cuando nació no existía y después, a los 20 años, ya existe? Eso quedó muy evidenciado en todo lo que es el desarrollo tecnológico, nadie podía querer ser especialista en inteligencia artificial, ni tener una vocación para eso, ni una vocación para la informática, porque quizá cuando nació eso no era una posibilidad, porque no se había creado.
Entonces ahí, de alguna manera, uno empieza a interpretar que la vocación tiene que ver con algunas cosas que, desde chicos, vivimos y con intereses y tendencias propias también vinculadas a los estímulos familiares, las herencias, los legados familiares, pero mucho tiene que ver con el contexto histórico, social cultural en el que una persona se desarrolla. De alguna forma, la vocación se ve moldeada por esas otras variables. Entonces, en la medida que uno conoce más, tiene otras experiencias culturales que le permiten abrir nuevos mundos, conocer cómo trabajan determinadas personas, etc. puede ahí encontrar otros intereses” asegura Groch.
Lo que nos lleva a elegir
Más que una revelación o una construcción definitiva la vocación es una búsqueda constante y abierta. Requiere un profundo proceso de autoconocimiento y de trabajo.
“Hay algo que se juega en la vocación y por eso en los procesos de orientación vocacional uno de los ejes es abrir la información, es abrir el conocimiento de los chicos de distintos universos posibles. Por otro lado, uno puede hablar de vocación, pero también de vocaciones, de intereses y de aptitudes.
Hoy por hoy con toda la interdisciplinaridad la transdisciplinariedad se puede decir que en realidad hay muchas cosas que a una persona le interesan algunas tienen que ver con un campo específico, otras con otro, y quizá siguiendo esos intereses después es posible juntarlos y construir otro, digamos, otro campo nuevo.
Eso uno lo ve mucho en los devenires profesionales, cuando alguien estudia medicina, pero también le interesa la danza, por ejemplo. Y después se encuentra trabajando en cuestiones de prevención, trabajando en cuestiones vinculadas con el cuidado de la salud e incluye lo corporal, entonces convergieron dos cosas, el interés por el movimiento, la danza, lo corporal y el interés por la salud. Y así hay un montón de ejemplos”, destaca Groch.
La vocación en el mundo de la salud
En las carreras relacionadas a la salud la vocación aparece con frecuencia. Las carreras relacionadas con el cuidado del otro requieren no solo de una fuerte dedicación al estudio, sino también a la idea de ayudar y mejorar la vida de los demás con todo lo que eso implica.
Las carreras y, sobre todo las profesiones, en el área de salud tienen algunos componentes fuertemente marcados:
Compromiso con el cuidado de los demás: el cuidado de la salud y el bienestar de los pacientes requiere profesionales que puedan estar en constante contacto con personas que necesitan ayuda. Por eso en este tipo de carreras, la vocación está asociada con el deseo de ayudar y mejorar la vida de los demás.
Responsabilidad y dedicación: las profesiones vinculadas a la salud requieren una formación constante y responsable y personas capaces de convivir con la responsabilidad de salvar o perder vidas.
Ética y valores: la actividad profesional vinculada a la salud enfrenta a sus profesionales con dilemas y decisiones difíciles y con situaciones éticas complejas. La vocación relacionada con la salud se vincula con la adhesión a valores como la compasión, la integridad, la empatía y el respeto por la dignidad humana.
Servicio a la comunidad: los profesionales de la salud juegan un rol fundamental en la sociedad al brindar atención médica y contribuir al bienestar de la comunidad.
La Lic. Prof. Yésica Ojeda es directora del Instituto Superior FEMEBA donde se dictan las Tecnicaturas Superiores en Enfermería, Emergencias de la Salud, Higiene y Seguridad y Gestión Ambiental y Salud y nos dice: “La vocación de alguien que se dedica a las carreras relacionadas a la salud está basada en los intereses, las habilidades, la proyección a futuro, así como también en la posibilidad de contribuir a un sistema sanitario en constante crecimiento y demanda. Por eso, nuestro instituto ofrece una formación integral que trasciende lo curricular.
Formamos profesionales de la salud con vocación sanitaria, capaces de trabajar interdisciplinariamente y con responsabilidad social. Es decir, no solo formamos profesionales para la inserción al sistema de salud, sino sujetos con capacidad de analizar de manera crítica y propositiva la situación sanitaria actual para generar mejora”.
Tal como afirmara Steve Jobs en un discurso en la Universidad de Stanford dirigiéndose a muchos estudiantes: “El trabajo va a llenar gran parte de nuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideras un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amando lo que haces. Si aún no lo encuentras, sigue buscando. No te conformes. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabrán cuando lo hayan encontrado”.