Machu Picchu: la magia espera

La ciudadela de Machu Picchu es uno de los lugares más maravillosos del mundo. Desde 1983 integra la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y en 2007 fue declarada como una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno. La época ideal para visitarla es de abril a octubre.


No importa la idea que uno pueda hacerse o cuánto pueda imaginarse, la primera visión de Machu Picchu maravillará incluso al viajero más experimentado. Enclavada en medio de los Andes, a 2.490 metros de altura sobre el nivel del mar, esta llaqta (antiguo poblado andino) incaica cuenta en silencio su historia de más de seis siglos.

Montaña Vieja, -tal el significado de Machu Picchu en quechua sureño-, fue construida antes del siglo XV en el promontorio rocoso que une las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu en la vertiente oriental de la cordillera Central, al sur del Perú. Su nombre original habría sido Llaqtapata.

Los historiadores coinciden en que era una de las residencias de descanso de Pachacútec, noveno inca del Tahuantinsuyo entre 1438 y 1470. Pero sus características también hablan de una utilización como santuario religioso.

Entre montañas y selva

Si bien otros pasaron antes por la ciudad, se considera a Hiram Bingham, un profesor estadounidense de historia, como responsable del descubrimiento de la ciudad Inca. Llegó a ella el 24 de julio de 1911 guiado por el arrendatario de tierras, Melchor Arteaga, y acompañado por un sargento de la guardia civil peruana de apellido Carrasco.

Al llegar encontraron a los Recharte y los Álvarez, dos familias de campesinos que vivían allí. Usaban los andenes del sur de los restos arqueológicos para cultivar y bebían agua de un canal incaico que aún funcionaba. Uno de los niños guio a Bingham hacia la «zona urbana» cubierta por maleza.

Hoy esta maravilla de piedras grises y pastos verdes donde pacen las llamas se ha convertido en uno de los lugares más visitados del mundo.

Visitar Machu Picchu: los preparativos

Antes de organizar el viaje conviene saber algunas cosas. Para empezar, la altura es un tema que debe tenerse en cuenta.

El mal de alturas o soroche consiste en un malestar generalizado con fuertes dolores de cabeza y falta de aire. Lo bueno es que en la mayoría de los casos puede evitarse tomando los recaudos necesarios.
Si bien en principio no existen restricciones de salud, ni es necesaria una preparación previa para visitar la ciudadela, Alejandro Vega Rosales de PromPerú advierte:

“Para los visitantes que sufran de afecciones cardíacas y/o respiratorias se recomienda un día de aclimatación a la altura, ya sea en la ciudad del Cusco (3.390 msnm) o en ciudades del Valle Sagrado como Urubamba, Ollantaytambo, etc. a menor altura.

También se recomienda descansar, no realizar mucha actividad física, no consumir alcohol, no fumar, ni comer carnes rojas o comidas muy pesadas, mantenerse hidratado y tomar el tradicional té de coca el primer día de estadía.

De todas formas, si el visitante sufre de algún tipo de enfermedad o no está acostumbrado a la altura, es mejor que contacte a su médico antes del viaje”.

 El lugar justo en el momento justo

Machu Picchu siempre es el lugar justo. Pero sin duda existe un momento del año más conveniente para realizar la visita.

“Machu Picchu está abierto los 365 días del año, pero la mejor época para visitarlo es entre los meses de abril y octubre, durante la temporada seca, no solo por la ausencia de lluvias, sino también porque el cielo despejado permite apreciar la ciudadela en todo su esplendor” – nos informa Vega Rosales.

Otro punto que no debe pasarse por alto es que existen cupos de visita, que tienen como objetivo preservar esta verdadera joya de la humanidad. Así, a la ciudadela pueden entrar un total de 4.044 turistas por día. Mientras que para el camino inca se admiten solo 500 visitantes por día incluyendo porteadores y guías. Por eso se recomienda hacer la reserva con 6 o 7 meses de anticipación con una agencia autorizada. En www.machupicchu.gob.pe puede consultarse la disponibilidad día por día.

Todos los caminos conducen a Machupicchu

Existen diferentes maneras de llegar a este tesoro incaico. La manera tradicional es la ferroviaria. Los trenes parten de la estación Poroy, cerca de Cusco, o desde el pueblo de Ollantaytambo, a dos horas de bus de la capital inca del imperio, ambos trayectos terminan en Aguas Calientes, muy cerca de la ciudadela.

También puede accederse por rutas (hay que caminar luego 3 horas) pero es poco recomendado, sobre todo en épocas de lluvia en las cuales pueden registrarse derrumbes.

Flores, piedras y montaña para disfrutar todo el camino

Para quienes disfruten de caminar y cuenten con un buen estado físico, la modalidad trekking es la más indicada. Se recorre el camino inca que a cada paso regala el esplendor de la naturaleza, además de contar con restos arqueológicos que van preparando al caminante para el encuentro final con Machu Picchu.

Hay diferentes rutas de trekking -nos informan desde Prom Perú:

“El Camino Inca forma parte de la red de caminos incas denominada Qhapaq Ñan. Es una de las rutas de trekking más importantes de Sudamérica.

En el recorrido se observan numerosas quebradas y cursos de aguas de origen glaciar. Entre los doce monumentos arqueológicos que se pueden apreciar, destacan Qoriwachayrachina, Patallaqta, Runkuraqay, Sayacmarca, Phuyupatamarca, Intipunku, Intipata y Wiñayhuayna. También se puede apreciar una gran variedad de flora y fauna nativa.

El Camino Inca puede hacerse durante todo el año, excepto en febrero que cierra por mantenimiento, en dos versiones de 4 días y 3 noches o 2 días y 1 noche.

También se puede optar por alternativas menos tradicionales como el Salkantay Trek de 4 días y 3 noches, el Inka Jungle Trek 3 días y 2 noches o el más extenso Choquequirao trek que lleva 8 días y 7 noches”.

Si bien los treks no requieren ninguna habilidad especial, se trata de caminatas con un nivel de exigencia entre moderado y alto (especialmente por la altura) por lo que conviene contar con un buen estado físico para poder disfrutar el camino sin inconvenientes.

El Camino Inca llega a Intipunku (Puerta del Sol) una de las entradas a la ciudadela. Es común que todos los trekkers se levanten muy temprano y prácticamente corran una carrera desde el último campamento. ¿El objetivo? llegar justo al amanecer para contemplar la salida del sol en esta puerta.

En buena compañía

Por motivos de seguridad y conservación, el Trek de Camino Inca solo puede realizarse contratando el servicio de una agencia de viajes autorizada de Cusco.

Las agencias proveen a los caminantes el servicio de guías y porteadores, equipos, comidas y todo lo necesario para realizar el viaje. Los costos dependen de la calidad del servicio.

Para contratar una agencia autorizada se puede revisar la página web http://www.machupicchu.gob.pe/

Machupicchu y alrededores

El viaje puede completarse visitando otros destinos cercanos que también ofrecen testimonio de la maravillosa cultura Inca.

Cusco con sus museos, sus encantadoras callecitas y su fantástica gastronomía es imperdible. Cerca y accesible está el Valle Sagrado donde pueden verse algunos restos arqueológicos muy interesantes, así como también visitar los tradicionales mercados como el de Pisaq.

Una recomendación: terminar el viaje en Machu Picchu pues todo lo que se vea después perderá valor ante la imponente magia de la ciudadela.