La huerta en casa: manos a la tierra

huerta en casa

Hacer una huerta en casa es una actividad que trae muchos beneficios. En tierra, en macetas, colgando de una pared o en el recipiente que cada uno elija; en un jardín grande o pequeño, en una terraza o en un balcón, tener una huerta en casa es muy fácil.


Verduras frescas, libres de agroquímicos y sin que cuesten una fortuna. Sí, existen y hay una manera de tenerlas: con una huerta en casa.

No es difícil hacerla.  “Para armar una huerta hace falta contar con algún espacio con al menos entre 6 y 8 horas de luz directa, agua para regar, semillas algunas pocas herramientas y ganas.”, nos ilustra el Ingeniero agrónomo Mg.  Francisco J. Pescio.

Si bien es el sueño de cualquiera al que le guste trabajar con plantas, contar con enormes cantidades de terreno en un jardín, no es una condición sine qua non.

“Necesitamos un mínimo espacio: balcón, terraza, patio, jardín donde disponer las macetas o contenedores que elijamos utilizar para plantar nuestros cultivos”, asegura la Licenciada en Ambiente Valeria Churba quien además de liderar equipos en empresas, organismos públicos y ONGs, desde 2009 diseña, gestiona y ejecuta proyectos de agricultura urbana.

Cosechar beneficios

La huerta en casa es también una poderosa herramienta antiestrés, de hecho, se usa como terapia para diferentes grupos sociales como adultos mayores o discapacitados. Tocar la tierra, ver los resultados, pensar por un momento en un contexto más natural puede ser una gran manera de escaparse por un rato de la rutina.

Otra de sus ventajas es que hacerla no requiere ningún conocimiento previo. “Cualquiera puede armar una huerta, la recomendación siempre es aprender haciendo. Claro que hay cultivos más sencillos que otros. Por eso recomendamos comenzar con las especies más fáciles, para evitar frustrarse. Radicheta, rúcula, acelga, rabanito y perejil son ideales para principiantes. Luego, se puede seguir con especies como la lechuga, repollos, brócolis, coliflor, etc”, sugiere el Ingeniero Pescio.

Manos a la tierra

Solo es cuestión de decidirse y empezar a disfrutar los beneficios de tener verduras frescas y saludables.

Dependiendo del espacio, tal vez no logremos cubrir las necesidades alimenticias al 100%, pero seguramente vamos a pasar mucho menos por la verdulería”, dice la ingeniera Churba.

Está calculado que con 50 m2 de huerta, -amplía el ingeniero Pescio- una familia tipo puede abastecerse de verduras frescas.  En función de eso, dependiendo del tamaño de la huerta podremos obtener mayor o menor cantidad de hortalizas.    En las huertas en envase, como puede ser una terraza, algunas especies como los zapallos, serán más difíciles de obtener, porque necesitan bastante cantidad de tierra. Con huertas mayores a los 100 m2 es posible obtener algunos excedentes, que se pueden comercializar, regalar o intercambiar.”

Decidirse a ensuciarse un poco las manos es la manera de comenzar. Luego hay que:

Elegir el lugar:

Mirar el espacio con el que contamos teniendo en cuenta que tal como nos dice la Ingeniera Churba: “Se pueden armar huertas en espacios muy reducidos. La diferencia entre contar con mucho o poco lugar va a estar en las especies que podamos o no cultivar. Algunas hortalizas como zapallo y calabaza, o los frutales, necesitan bastante más metros cuadrados

Lo importante entonces es elegir el lugar más soleado que tengamos en la terraza, balcón o jardín. Allí se podrá montar la huerta de la manera elegida. Se puede hacer una “huerta en macetas, una huerta vertical (ideal para espacios reducidos), en cajones de madera o pallets o sobre tierra”, nos cuenta Valeria Churba quien ofrece el servicio de armado y mantenimiento.

A aprender:

Aprender sobre la marcha es posible, Internet brinda enormes cantidades de buena información, la página del Inta (www.inta.gob.ar) es un buen lugar para comenzar, allí hay completos manuales en PDF para concretar cualquier proyecto. Claro que, como dice el ingeniero Pescio, “además de animarse a armar la huerta, siempre es recomendable participar en algún curso o taller de huerta, porque esto nos va a permitir incorporar conocimientos de manera ordenada, organizada y así, además, nos vamos a ahorrar errores”.

A través del programa Prohuerta es posible acceder a capacitación y obtener semillas gratuitas en el 90% de los municipios del país.

A preparar:

Es importante preparar la tierra, airearla, moverla, desmalezarla y nutrirla con compost que se puede producir en casa como sugiere la Ingeniera Ambiental: “recomendamos acompañar la huerta domiciliaria con una compostera en la que podamos producir nuestro propio abono orgánico. La técnica del compostaje sirve para convertir nuestros residuos orgánicos en un fertilizante natural. Se trata de una actividad muy sencilla, económica e higiénica. Además de ayudarnos a mantener nuestra huerta mucho más fértil, estamos colaborando a minimizar la cantidad de residuos que generamos a diario”.

A sembrar:

Ahora solo hace falta elegir las especies a planta, teniendo en cuenta el espacio disponible y la época del año. Las semillas deben sembrarse a una profundidad de entre dos y tres veces su tamaño y dejando un buen espacio entre sí.

A cuidar:

Los cuidados de los cultivos no son demasiados. “El tiempo de dedicación va a depender del tamaño de la huerta -nos informa Francisco Pescio- para una huerta de 50 m2, son necesarias alrededor de 10 horas semanales. En algunos momentos del año es mayor tiempo, en otros, menos” La ingeniera Valeria Churba coincide “en temporada de frío no suele ser necesario un riego diario. Además, las plantas no resultan tan afectadas por plagas ni por el rápido crecimiento de yuyos, como sí pasa en las temporadas más cálidas”.

Prohuerta, un buen lugar para comenzar

El Programa tiene 27 años de vida, nos cuenta el Ingeniero Pescio. Es una política pública financiada por la Subsecretaria de Políticas Alimentarias, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y ejecutada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Es un programa orientado a la Seguridad y Soberanía Alimentaria, especialmente para aquellos sectores de nuestra población con problemas de acceso a la alimentación. Se centra en la promoción de la producción de alimentos, especialmente hortalizas; aunque también se complementa con animales de granja (gallinas ponedoras, pollos camperos y conejos), y frutales. Para ello se centra en la entrega de insumos críticos como semillas y capacitaciones. 

El enfoque técnico es el agroecológico (sin uso de agroquímicos). Además, trabaja en el apoyo de la pequeña producción familiar agrícola y pecuaria, apoyando a los pequeños productores de alimentos, como son los quinteros (verduras), pequeña ganadería. También apoya el acceso de estos sectores de la población al agua, energías renovables, etc. Se trabaja fuertemente en educación, apoyando la creación y sostenimiento de huertas escolares. Solo en el área metropolitana hay más de 1000 huertas escolares en instituciones de gestión pública. Prohuerta está presente en más del 90% de los municipios de todo el país, con más de 600.000 huertas activas y una población aproximada de 3.000.000 de personas. Para consultar sobre los lugares más cercanos, recomendamos contactarse con nuestro 0800-222-INTA; o bien mediante nuestra página web www.inta.gob.ar