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Necochea, playa, mar, árboles, río, puentes, lagunas, parques y todas las comodidades de una ciudad que tiene mucho para ofrecer.
Fotos: Secretaría de Turismo y Desarrollo productivo del municipio de Necochea
La tormenta ruge en el Atlántico, uno, dos, veintiún días consecutivos. El bergantín goleta Filántropo le hace frente a un mar enfurecido. Había partido de Buenos Aires con destino a Bahía Blanca el 29 de abril de 1873.
«El día 29 de mayo – escribía su capitán- viramos para tierra, capeando. Habiendo hecho todos los esfuerzos posibles con ayuda de velas para dar vuelta el buque, no hemos podido. A las 8 de la tarde se encontraba encallado. A las 21, tanto los pasajeros como los tripulantes se encontraban a salvo en tierra. Al día siguiente se verificó el estado del buque, que se encontraba en seco en el rincón de Quequén Grande cerca del Médano Blanco, partido de Necochea«.
El Filántropo había naufragado, pero no fue en vano: sirvió para reunir a un grupo de pobladores de la zona que, después de intercambiar opiniones, decidieron insistir en la necesidad de contar con una cabecera de partido.
Numerosas razones fundamentaban ese pedido. Se decía entre otras cosas, que no podía existir un partido creado artificiosamente sin una ciudad que lo condujera en su crecimiento armónico. Y se señalaba también a manera de ejemplo, que el naufragio de El Filántropo era algo que demostraba por sí la justificación de lo pedido.
El miércoles 12 de octubre de 1881, en una alegre fiesta popular, se izaba la bandera argentina, utilizando como mástil el palo mayor de «El Filántropo» para celebrar la fundación de la ciudad de Necochea. Podría decirse, entonces, que esta ciudad nació del viento.
La ciudad debe su nombre al general Macis Necochea, héroe de la Independencia que combatió junto al General San Martín.
El mar, la sal y la playa
Históricamente, el territorio donde hoy se encuentra la ciudad y el partido de Necochea, fue habitado por pobladores indígenas y a fines del siglo XVII era una zona de salinas relativamente concurrida para buscar sal. Hoy es una ciudad balnearia elegida por miles de turistas que buscan tranquilidad y contacto con la naturaleza para sus vacaciones.
El Dr. Fadael Hendriksen, presidente del Círculo médico Necochea, nos cuenta cómo es vivir en una ciudad que todas las temporadas recibe la visita de miles de turistas.
“Realmente uno se acostumbra a la presencia de visitantes; supongo que de acuerdo a la procedencia de los mismos puede ser más tedioso o no, en general los turistas que nos visitan son provincianos y tienen parsimonia y don de gentes”
El mar y más allá
Pensar en Necochea es pensar en la playa, y es correcto porque las hay muy bonitas. Sin embargo, la ciudad cabecera del partido homónimo tiene mucho más para ofrecer. Como en tantos rincones de nuestro país, su entorno natural es privilegiado y ofrece miles de alternativas para disfrutar las más variadas actividades.
“Lo mejor de vivir en Necochea –afirma el Dr. Hendriksen– es el permanente contacto con la naturaleza ya que por donde vayas a pocas cuadras tendrás río, parque, mar o alguna hermosa Plaza donde recrear tu vista con el verde”.
La ciudad ofrece mucho para ver y muchas actividades para disfrutar y experimentar.
El Parque Miguel Lillo
Es uno de los grandes atractivos. Se trata de 640 hectáreas de reserva forestal al borde del mar, con casi un millón de árboles, en su mayoría coníferas, entre los que se mezclan parrillas, juegos infantiles y espacios abiertos para la práctica de deportes.
Recorriéndolo nos encontramos con: el Lago de los Cisnes, el circuito aeróbico, el Jardín Japonés, el área de museos, los juegos Infantiles, el Anfiteatro «Pedro Arozarena», el Jardín Francés y el Reloj del Sol, el Tren Ecológico del Parque, el Jardín de Rocas y el Paseo del Sol.
Entre las actividades que se pueden realizar, además del simple disfrute de la naturaleza, están los paseos en bicicleta, las cabalgatas y los viajes en carro.
Médano Blanco
Al sudoeste encontramos una cadena de médanos única conocida como el “Sahara Necochense”, dominada por el colosal Médano Blanco.
Con casi 100 metros sobre el nivel del mar y en medio de un paisaje paradisíaco, es considerado un mirador natural por excelencia, una pista de sandboard inigualable y una experiencia única para los fanáticos de la aventura 4 x 4. Caminatas y cabalgatas por esta cadena de dunas permiten sentir la tranquilidad, el silencio y conectarse 100% con la naturaleza.
Muchos consideran al Médano Blanco como un centro energético, e incluso leyendas locales versan sobre avistaje de extraterrestres.
Puerto Quequén
Sobre las riberas de las ciudades enfrentadas de Quequén y Necochea, nos encontramos con el Puerto Quequén, un puerto natural encerrado por dos importantes escolleras, la Norte y la Sur, también llamadas Este y Oeste. Es uno de los principales puertos cerealeros de la Argentina y posee múltiples atractivos.
Las Cascadas
En el curso del río Quequén podemos disfrutar Las Cascadas, un balneario natural de aguas templadas donde se concentran pequeños saltos. Piletones naturales conjugados con espacios óptimos para practicar deportes náuticos como kayak, rafting, remo, etc.
Paseo de la Ribera
Para el Dr. Henriksen, un lugar que merece ser visitado es el Paseo de la Ribera. Nos cuenta que “si bien aún no está explotado turísticamente en toda su dimensión, los diferentes clubes Linderos al río Quequén ofrecen allí una oferta turística más allá de la temporada. El potencial es altísimo y es un lugar digno de visitar”.
Complejo Termas del Campo Médano Blanco
Otro de los atractivos recomendados por nuestro guía local, es el Complejo Termas del Campo Médano Blanco, a unos 45 kilómetros de la ciudad de Necochea.
Las termas permiten disfrutar un día de relax, en un entorno natural de campo, con la tranquilidad necesaria para tener un descanso de verdad.
Piletas termales, variados tratamientos de spa, una exquisita gastronomía y muchas actividades más pueden realizarse en las distintas épocas del año.
A 15 km de la ciudad nos encontramos con el paraje costero Punta Negra. Se trata de una formación rocosa que baja de los acantilados y se interna en el mar. Allí se forman piletas naturales donde se desarrollan numerosas especies como pejerrey, bagre, dentudo y carpa, que atraen a los amantes de la pesca. Es también un «point» ideal para los más experimentados surfistas.
Las Grutas
Esta es otra visita obligada. Se trata de toscas que emergen en forma de pequeños acantilados con abundantes cavidades naturales. Es el reflejo de la fuerza del mar que erosiona las rocas creando las grutas que dan el nombre al lugar.
Es un lugar ideal para disfrutar de la playa, de la pesca, el surf, kitesurf, y posee varias bajadas para 4 x 4.
Playas de Quequén
Las Playas de Quequén también esperan a los veraneantes con sus formaciones rocosas que se internan en el mar, arenas gruesas, dunas, acantilados y restos de antiguos barcos naufragados que completan una escenografía agreste. En el agua encontramos una gran profundidad a pocos metros de la costa lo que las hace ideales para el surf y la pesca.
Puente colgante
Uniendo las dos ciudades, el Puente Colgante «Hipólito Yrigoyen» es una obra única de ingeniería única. Se inauguró en julio de 1929. Con 270 metros de pura belleza fue declarado Patrimonio Nacional.
Río Quequén
El río Quequén también suma sus propuestas. Su nombre viene del dialecto araucano, “kem-kem”, cuyo significado es “barrancas altas”. Sus saltos y cascadas naturales lo convierten en una atracción sin igual.
Hay muchos más atractivos en la ciudad, y en sus alrededores; en cada uno de ellos se puede disfrutar un buen momento, realizar distinto tipo de actividades y sobre todo disfrutar una naturaleza muy generosa.
Ciudad y naturaleza
El centro y «la playa» son las denominaciones locales para los dos lugares en donde hay mayor aglomeración comercio, actividades culturales y oficinas administrativas. El centro se refiere al núcleo administrativo fundacional de la ciudad, espacio en donde se encuentra la municipalidad y la iglesia principal, y en donde el movimiento comercial es el más intenso durante la mayor parte del año, exceptuando el verano.
En esa estación, la villa balnearia «Villa Díaz Vélez» toma el protagonismo en el desenvolvimiento comercial y cultural, y es a su vez más conocida y frecuentada por los turistas.
La gastronomía también acompaña “Los platos a base de pescado son muy comunes de encontrar en diferentes restaurantes y hay lugares clásicos dónde ir a comer como puede ser el restaurante Mi Cantina o la cantina Venecia o alguna de las tantas parrillas de la Villa balnearia, nos cuenta el Dr. Henriksen.
Y si todo esto enamora a los visitantes, siempre pueden probar suerte en el Casino para poder volver muy pronto.