Todos a bordo: cinco trenes turísticos de Argentina

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Es uno de los medios de transporte más antiguos y fascinantes del mundo. Nació para llevar personas y cargas, pero ahora también es una excelente opción para recorrer y disfrutar los más bellos paisajes. Bienvenidos a bordo de la historia y recorrido de algunos de los trenes turísticos de Argentina.


Afuera los paisajes más imponentes, adentro el rítmico traqueteo de la pesada máquina sobre los rieles que nos hace pensar que ese verbo nació solamente para describir un viaje en tren.

Es uno de los medios de transporte más antiguos del mundo. Conceptualmente podría decirse que nació en Egipto, pero el tren tal como lo conocemos hoy fue producto de la Revolución Industrial surgida en Inglaterra durante los siglos XVIII y XIX.

Una locomotora, a la que se le agregaron vagones para el transporte humano y de carga, son básicamente las partes que hasta la fecha constituyen un tren.

Richard Trevithick fue el constructor de la primera locomotora que se puso en marcha el 25 de julio de 1804, y que derivaría más tarde en un ferrocarril.

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El destino inicial de la locomotora era las minas de carbón. Pero menos de 20 años después, en 1823, el Parlamento inglés aprobó el acta que aseguraba a George Stephenson la titularidad de un proyecto, para unir los pueblos de Stockton y Darlington mediante una vía férrea.

Hoy el tren sigue siendo importante tanto para el traslado de personas como de cargas. Entre aquellos trenes que trasladan personas, hay de todo tipo: urbanos, de corta, media y larga distancia y también los llamados trenes turísticos. Su importancia está más en el recorrido que en los puntos que une en sus estaciones.

La fascinación por los trenes va desde los viajeros hasta los modelistas y sus maquetas. Estos gigantes de acero, además de ser un medio de transporte, son una pasión.

Cuando el viaje es lo importante

Si hay algo que nadie podría discutir sobre nuestro país es la cantidad y variedad de paisajes y bellezas naturales que reúne. Para vivirlos de un modo diferente, están los trenes turísticos de Argentina que ofrecen un viaje confortable y agradable para disfrutar los paisajes que recorren.

El más famoso: Tren a las nubes, Salta
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El viaje del Tren a las Nubes comenzó en 1972 y desde entonces lleva a sus pasajeros desde San Antonio de los Cobres, en Salta, hasta lo más profundo de su asombro.

A4.220 m.s.n.m. este tren cuenta con rigurosos estándares de calidad y seguridad internacionales.

El viaje comienza en Ruta nacional 51, con paradas fotográficas en puntos panorámicos de sitios “detenidos en el tiempo” para luego embarcar en la mágica experiencia del Tren a las Nubes. El punto más alto de emoción lo encontramos al llegar al imponente viaducto en la precordillera de los Andes.

Paisajes sensaciones, relatos y experiencias, nos llevan a revivir la epopeya de la construcción ferroviaria, iniciada por el Ingeniero Richard Fontain Maury, alma mater del proyecto, en 1920 y también a conocer pueblos que viven como en otro tiempo en armónica convivencia con la montaña.

Las únicas paradas durante el recorrido son en la estación San Antonio de los Cobres y el viaducto La Polvorilla. El resto del recorrido, combina valles, montañas y quebradas de la puna salteña.

El tren tiene capacidad para 468 pasajeros y alcanza una velocidad de 35 kilómetros por hora. Atraviesa 29 puentes, 21 túneles y 13 viaductos.

Todo el recorrido está guiado por personal especializado. También se ofrecen soportes informativos en audio y video en distintos idiomas para profundizar sobre temas relacionados con la visita guiada. Hay desayuno y merienda incluidos dentro del paquete y también hojas de coca de cortesía para evitar apunamientos.

El recorrido empieza a 1.187 metros de altura y alcanza los 4.220. Las nubes, de a momentos, son atravesadas desde arriba.

Al sur, El tren del fin del mundo
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A fines del siglo XIX, Ushuaia recibía la colonia penal con sus primeros presos que llegaron a la ciudad más austral del mundo en 1884. En 1902 se construye un ferrocarril de rieles de madera, con trocha de menos de un metro para llevar materiales y en 1909, el alcalde decide mejorar el servicio.

En ese entonces, el tren conectaba la prisión con el bosque y pasaba por la costa frente al creciente pueblo de Ushuaia. Fue conocido como Tren de los Presos, y llevaba madera para leña y para la construcción.

Años después el penal cerró y en 1952, el tren se volvió inviable. Hasta que en 1994 renació con fines turísticos.

El tren cuenta con 3 locomotoras a vapor y otras tres diésel. Su recorrido parte de la Estación del Fin del Mundo situada a 8 km de Ushuaia. Los viajeros se encontrarán con un trayecto de 14 km de ida y vuelta por Tierra del Fuego.

Se toman pasajeros a lo largo del Valle Pico, en la Garganta Toro y en la Estación Macarena donde los visitantes conocen al pueblo originario Yámana, y se detiene en un punto con amplia vista panorámica durante 15 minutos.

El tren luego ingresa al Parque Nacional, donde los pasajeros pueden abordar un automotor que los lleva dentro del parque a través del valle, volviendo a la Estación Parque Nacional donde retoman el tren.

A bordo, los pasajeros escuchan la historia de los presos que todos los días iban a cortar madera, siempre rodeados por los magníficos paisajes fueguinos: el zigzagueante río Pipo, la cascada La Macarena, el cementerio de árboles y el majestuoso bosque de lengas.

Por las ventanas asoman todas las estaciones del año desde el blanco invierno y los dorados del otoño hasta los colores más puros de la primavera y el verano, ya que el tren funciona los 365 días del año.

Un clásico Patagónico: La trochita
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En 1908, Ezequiel Ramos Mexía, Ministro de Obras Públicas de la Nación, tuvo un sueño: unir la zona cordillerana de la Patagonia con las costas del Atlántico. Más al norte, el tren que partía desde Buenos Aires, llegaba hasta Bahía Blanca. Y en Chubut, los colonos galeses habían tendido vías entre Trelew y Puerto Madryn.

En un proyecto titánico, en 1934 se llevó la trocha ancha hasta San Carlos de Bariloche; más al Sur solo se logró construir 197 km entre Comodoro Rivadavia y Sarmiento; 283 km entre Puerto Deseado y Las Heras y los 402 km de la Trochita.

El nombre de La Trochita se debe a la distancia que hay entre los rieles de sus vías: apenas 75 centímetros. Esto permitía ahorrar costos en los trabajos de ingeniería y el mantenimiento de los trenes.

Hoy, este tren sigue corriendo sobre su trocha angosta y les cuenta a los turistas de todo el mundo relatos de una Patagonia épica y sacrificada.

Su recorrido de 2 horas y media y con un desnivel final de 700 metros de altura es perfecto desde la estación de Esquel hasta Nahuel Pan.

El sonido del silbato, las toneladas de metal que se ponen de acuerdo para moverse con parsimonioso carisma predisponen al viajero de un modo particular.

Cada detalle del tren atrae la mirada. El fuego en la caldera, los vagones de madera, los bancos y las salamandras evocan inviernos impiadosos en la meseta. Todo en el tren parece salido de un cuento.

A medida que avanza, el paisaje cobra protagonismo desde la ventana: cerros que tocan el cielo, una fauna que nos sorprende. En el interior, los guías le dan sentido a ese despliegue natural.

En el centro del país, Tren de las Sierras, Córdoba
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Desde la ciudad de Córdoba se puede emprender un viaje en tren por diversas localidades serranas. Saliendo de la estación de trenes de barrio Alta Córdoba o de la de Rodríguez del Busto, este pintoresco paseo atraviesa once rincones cordobeses y llega hasta Cosquín.

El recorrido dura horas en las que se disfruta el paisaje del Valle de Punilla, la quebrada del río Suquía y el lago del dique San Roque. Desde las cabeceras de Alta Córdoba hasta la “Capital Nacional del Folklore”, llena de peñas y artesanos hay doce paradas intermedias.

En la Mesopotamia, el Tren de la selva

trenes turísticos de ArgentinaTodos los días, este tren, también llamado Tren ecológico de la selva, lleva a miles de visitantes desde la entrada del Parque Nacional Iguazú hasta la Garganta del Diablo con una parada una parada intermedia en la Estación Cataratas.

Tiene una capacidad de 250 pasajeros y funciona desde julio de 2001. El simpático tren corre sobre una trocha angosta de 60 cm.

El tren está completamente pintado de verde, tiene una locomotora a gas que arrastra cuatro vagones techados, con asientos de madera y totalmente abiertos hacia el exterior, para que el visitante se mantenga en directo contacto con la naturaleza.

Es el primer tren de nuestro país en funcionar a gas, un combustible que reduce el impacto sobre el especial entorno en el que funciona. En el recorrido encontramos los pasa-faunas construidos que permiten a los animales transitar por su hábitat sin peligro de accidentes; además su sistema de grasas y lubricaciones son biodegradables, sus frenos no contaminantes, sus niveles de sonoridad bajos.

Todo para cuidar este ambiente reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El paisaje es precioso, bordea la margen izquierda del río Iguazú a lo largo de 7 kilómetros, en contacto directo con la selva misionera para llegar muy cerca de la Garganta del Diablo, uno de los saltos más imponentes del parque. El recorrido dura 30 minutos.

 

Pueden venir cuantos quieran/ que serán tratados bien / y los que estén en el camino/ bienvenidos al tren. Así cantaba Sui Generis allá por 1972 y en estos trenes, podemos asegurar que la frase es verdad.