El fenómeno del parabrisas: ¿qué pasa con los insectos?

fenómeno del parabrisas
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El fenómeno del parabrisas llevó a los científicos a investigar qué pasa con los insectos y descubrir que su número baja año a año. Su importancia para el planeta es alta y por eso es importante tomar medidas.


 

Muchos tenemos el recuerdo de hacer un alto en la ruta para cargar combustible y limpiar el parabrisas que, más bien parecía un manual de entomología por la cantidad de insectos que quedaban estrellados.

Sin embargo, eso ya no sucede. El número de insectos atrapados parece ser cada vez menor.

Este hecho que se conoce como el “fenómeno del parabrisas”, surgió de la apreciación subjetiva de los automovilistas. Y despertó el interés de los científicos.

Vidrios más limpios

El término “fenómeno del parabrisas” se venía utilizando desde años atrás, pero en 2017, tras la publicación de un estudio histórico de la Sociedad Entomológica de Krefeld (Alemania), cobró fuerza. Esta fue una de las primeras grandes investigaciones sobre este tema.

Las conclusiones del estudio fueron que, en más de 100 reservas naturales de Europa Occidental, la biomasa de insectos se había reducido en más de un 75% en los últimos 40 años.

En 2019, se sumó otra investigación realizada en Dinamarca que abarcaba el periodo 1997-2017.

Usando parabrisas de automóviles como método de control. Se registraron descensos de entre el 80% y el 97%.

Otro estudio británico midió el número de impactos en las matrículas, y encontró una disminución del 50%.

Se trata del estudio Bugs Matter que encontró que los impactos habían disminuido un 50% respecto a los datos de hace 15 años, pasando de 0,2 impactos por milla a 0,1. En la investigación se incluyeron autos clásicos, para ver si su forma menos aerodinámica era un factor determinante, pero no se han reflejado diferencias significativas con los autos más modernos.

Este estudio es un proyecto de ciencia ciudadana. Se realiza cada verano, desde hace casi 20 años. Los protagonistas son voluntarios de las asociaciones “Kent Wildlife Trust y “Buglife” quienes llevan a cabo un registro de las matrículas de sus autos contando el número de “insectos voladores” que impactan en los vehículos mientras viajan.

Los resultados son alarmantes: en 2022 indicaron que en menos de 20 años la cantidad de insectos registrada disminuyó un 64 %.

Lo que los científicos llaman con preocupación “la sexta extinción masiva”.

Una investigación realizada en Dinamarca encontró un paralelo preocupante. La se corresponde con la menor cantidad de aves cuya dieta se basa en insectos, como la golondrina común.

Las sociedades científicas de entomólogos de España y Portugal expresaron su preocupación en un manifiesto para poner una señal de alarma e intentar ponerle freno a esta situación.

En el continente americano, los resultados no son diferentes. Investigaciones realizadas en un bosque tropical de Puerto Rico compararon la abundancia de insectos actual con datos de hace 36 años y encontraron una reducción de más del 78 % de biomasa de insectos terrestres. Además, el estudio muestra que paralelamente se registra la disminución de animales cuya dieta está basada en insectos como lagartos, ranas y aves.

 Los insectos y el planeta

Las causas son múltiples y se relacionan con el accionar del hombre y el cambio climático entre otros factores como el creciente deterioro del suelo, la vegetación, el agua y el aire por las actividades humanas.

Los insectos necesitan el suelo que hoy está cubierto de cemento, el agua cada vez más escasa y contaminada y las plantas que en la actualidad se han vuelto tóxicas para estos pequeños habitantes del planeta por el uso de fitosanitarios. La contaminación lumínica, química y física del aire también son factores que los afectan de diferentes maneras.

Todo esto influye, y actúa en combinación con el cambio climático, que también se considera un factor importante en la abundancia de insectos.

Factores que podrían influir

Además de la menor población de insectos, los investigadores consideraron otros factores:

  • El efecto del «tipo de vehículo y la velocidad a la que circula»: un auto que circula más lento hace que los insectos terminen atrapados en el flujo de aire o volando por encima del automóvil, en lugar de estrellándose contra él.
  • La aerodinámica también puede provocar un efecto similar: para Jason Weintraub, director de la colección de entomología de la Academia de las Ciencias Naturales de la Universidad de Drexel, “las formas de la parte delantera del vehículo también influyen en el porcentaje de insectos voladores que impactan la parrilla o el parabrisas, en lugar de quedar atrapados en el flujo de aire y ‘resbalar’ por la parte superior del coche”.
  • El tiempo, el espacio y las combinaciones explosivas: Weintraub explica que “Básicamente, depende de la ruta, la época del año (la cantidad disminuye en invierno y aumenta en el verano, principios del otoño y finales de la primavera), los factores atmosféricos y la hora del día (al atardecer hay más y por la noche buscan la luz de los faros, con las luces largas es más probable que se interpongan en el camino de un automóvil). Por último, existen ‘combinaciones explosivas’ como pasar por el hábitat de una especie en la época de apareamiento o de migraciones”.

Aunque estos factores se han tenido en cuenta, la disminución de los insectos no es solo una cuestión que se refleja en el fenómeno del parabrisas, sino que se trata de un proceso de disminución que debe tenerse en cuenta.

Los humanos también perdemos

La biodiversidad de los insectos es sumamente importante para el equilibrio de los ecosistemas y su pérdida puede afectarnos a todos.

Los insectos contribuyen a muchas funciones vitales. La primera es su papel como polinizadores.

  • Se estima que el 35 % de la producción mundial de alimentos proviene de plantas polinizadas por insectos.
  • La FAO advierte que, si estos integrantes de la población natural desaparecieran, la seguridad alimentaria se pondría en riesgo.
  • La descomposición de la materia orgánica y el reciclaje de nutrientes es otra de las importantes misiones ecológicas de los insectos.
  • Otra función fundamental es su contribución en el control de plagas en ecosistemas naturales, evitándolas o disminuyendo sus daños.
Lo que podemos hacer

Si bien en este caso las acciones de los ciudadanos no alcanzan para solucionar este importante problema ambiental, podemos aportar un pequeñísimo granito de arena.

Algunas de las acciones posible son:

No usar productos fitosanitarios en nuestros jardines o huertas, por más pequeñas que sean.

Limitar la siega sistemática de plantas silvestres, conocidas como “malas hierbas”, principalmente en periodos de floración.

Elegir productos orgánicos que usan sistemas de agricultura ecológica y control biológico e integrado de plagas.