Fotos: gentileza Turismo Bahía Blanca
La gran oferta turística y la actividad como centro urbano de Bahía Blanca se complementan con la cercanía de las playas y las sierras. Cultura, naturaleza, oferta gastronómica y mucho más, en una ciudad llena de vida.
La ciudad de Bahía Blanca tiene más de 315.000 habitantes, es la novena más poblada del país y es uno de los centros urbanos comerciales, culturales, educativos y deportivos del país. La expansión del centro urbano hizo que se fusionara con localidades cercanas del partido que ahora forman lo que se conoce como Gran Bahía Blanca.
Los primeros intentos de fundación se remontan a 1823 y 1824, cuando gobernador de Buenos Aires, Gral. Martín Rodríguez, encabezó una campaña militar contra los pueblos indígenas, llegando hasta la bahía Blanca, llamada así por el del tono blanquecino de sus barrancas y del color de su costa. Sin embargo, ambos proyectos se diluyeron.
En marzo de 1827, con la guerra del Brasil y la flota enemiga intentando ocupar Carmen de Patagones, el entonces presidente Rivadavia volvió a impulsar el proyecto fundacional y el 11 de abril de 1828, la ciudad fue fundada como Fortaleza Protectora Argentina por el coronel Ramón Estomba, se trataba de un fuerte cuya función era proteger el ganado codiciado por los pueblos originarios y la costa de la flota de Brasil. Los primeros años fueron duros, la población que nacía fue atacada por malones en varias oportunidades.
En 1856 la Legión Agrícola Militar fundó la Colonia Nueva Roma, pero fue abandonada poco tiempo después. El 19 de mayo de 1859 se registró el último malón bajo el comando del cacique Calfucurá. Con la Conquista del Desierto, entre 1879 y 1884, la presencia europea en la región se hizo cada vez más fuerte. Inmigrantes de diversas partes de Europa se fueron asentando alrededor de la fortaleza: primero los italianos, luego, los españoles, y finalmente otras nacionalidades como británicos, irlandeses y franceses. El 22 de octubre de 1895, Bahía Blanca fue declarada ciudad.
La llegada del Ferrocarril inició el progreso de la ciudad al establecer la comunicación terrestre con Buenos Aires, Rosario y el resto del interior y lograr una salida al mar al habilitar un muelle en Ingeniero White. En 1886 se elige al primer Intendente, don Teófilo Bordeu.
Una ciudad con buena salud
Hoy Bahía Blanca es un centro urbano muy importante. Constituye un nudo de transportes y comunicaciones entre el suroeste de la provincia de Buenos Aires y el valle del Río Negro. Además, gracias a su infraestructura terrestre, marítima y las cercanías al puerto comercial de aguas profundas de Ingeniero White, establece relaciones a nivel regional, nacional e internacional.
En cuanto a su infraestructura de salud, el Dr. Carlos Deguer, secretario general de la Asociación Médica Bahía Blanca, nos cuenta que “el sistema de salud cuenta con un sector público y otro privado.
Dentro del sector público funcionan distintas organizaciones y establecimientos de mediana y alta complejidad que atienden a la población de la ciudad y la zona. Algunas dependen de la Municipalidad, como las unidades sanitarias, los centros de salud y el Hospital Municipal de Agudos ‘Dr. Leónidas Lucero’ que funciona como un ente descentralizado y de autogestión. Por otro lado, el Hospital Interzonal General ‘Dr. José Penna’ depende directamente del Ministerio de Salud de la provincia.
La atención primaria de la salud se implementa a través de los denominados Centros de Atención Primaria, donde se proveen servicios médicos de baja complejidad, tanto preventivos como curativos y depende de la Secretaría de Salud Municipal. En total existen 51 unidades sanitarias, más 2 móviles. De las 51, en postpandemia quedaron unas 16 en funcionamiento y se generaron seis centros de salud nuevos, con recursos de diagnóstico por imagen y laboratorio, en diez zonas urbanas.
Los establecimientos privados más importantes de la ciudad son el Hospital Privado del Sur, el Hospital Italiano Regional del Sur, el Hospital Regional Español, el Centro de Salud ‘Dr. Matera’, el Hospital de la Asociación Médica y el Hospital Militar de Bahía Blanca que, si bien pertenece a una organización de la esfera de lo público, al igual que su presupuesto, funciona sin las obligaciones o la misión de la atención pública. La ciudad cuenta 896 camas, 368 en el sector público y 531 en el sector privado. Además, 12 centros de diagnóstico por imagen, 6 laboratorios de patólogos, 32 laboratorios de análisis clínicos y 1.448 médicos matriculados en el Colegio Médico completan los recursos de salud.
La AMBB es una asociación civil sin fines de lucro con 1.236 médicos asociados que administra dos hospitales a través de la Fundación Medica Bahía Blanca -el Hospital Privado del Sur y el Hospital de la Asociación Médica ‘Dr. Felipe Glasman’-, una farmacia mutual y un policonsultorio, lo que la transforma en un actor imprescindible del sistema de salud de la ciudad”.
En cuanto a los requerimientos de profesionales, el Dr. Deguer recuerda: “cuando vine a la ciudad me dijeron que no iba a tener lugar para trabajar, fui el tercer neonatólogo con título en llegar a estas tierras. Por lo tanto, a cada alumno que elige la profesión, a cada residente y a cada médico que viene le digo que va a tener trabajo y que la AMBB no cobra derecho de admisión en Bahía como principio. De hecho, fuimos impulsores de la carrera de Ciencias de la Salud en la UNS. Las especialidades críticas en nuestra ciudad son pediatría, terapia intensiva, clínica y neurología, como en gran parte del país”.
Una visita a la ciudad
Bahía Blanca es un destino que ofrece mucho para hacer. Cuenta con muy buena infraestructura turística, importantes museos y bibliotecas. Circuitos arquitectónicos, paseos y parques esperan para disfrutar una excelente estadía.
El Dr. Deguer nos hace de guía local y nos recomienda visitar “el paseo portuario, que es un espacio recreativo junto al mar donde puede observarse desde las lanchas pesqueras artesanales hasta los grandes barcos. A pocas cuadras, el Museo del Puerto y Ferrowhite completan este paseo. La reserva natural es el lugar ideal para hacer un verdadero safari fotográfico con mucha biodiversidad; almejas, pescadilla, delfines, guanacos y la gaviota cangrejera son algunas de las especies que se pueden observar. En la ciudad, los grandes edificios del siglo XIX y comienzos del siglo XX, como el Palacio Municipal, la aduana o el Banco Nación, entre otros bordean la Plaza Rivadavia y merecen atención y alguna buena foto.
El Paseo de las Esculturas es uno de los principales puntos recreativos y de encuentro en Bahía Blanca, principalmente elegido por los más jóvenes, se extiende y complementa con el Parque de Mayo.
La Avda. Alem es el lugar para buscar vida urbana, llena de bares y cervecerías, empezando por el teatro Municipal, uno de los más bellos de la provincia de Buenos Aires. Además, -agrega- desde la ciudad tenemos un fácil acceso a playas como Monte hermoso y Pehuen co, y a las sierras en Sierra de la Ventana, todas localidades muy cercanas”.
La ciudad cuenta con 113 espacios verdes entre los que se destacan, además de los recomendados por nuestro guía local, el Parque Independencia con el Jardín Botánico y el Paseo de la Mujer.
Para los amantes de los museos, la oferta es más que amplia. Bahía Blanca cuenta con dos museos de Bellas Artes, un museo de ciencias, uno del deporte, además del Museo Histórico, el del Fortín de los Cuatreros y los ya mencionados FerroWhite y del Puerto.
A lo largo del año se celebran varias fiestas como Fiesta del camarón y el langostino, el aniversario de la Fundación, San Silverio, patrono del pescador, la Fiesta nacional del tango y la fiesta del cubanito, entre otras. Cuando cae el sol, la vida nocturna es activa y muy variada.
En Bahía se sabe, hay un lugar importante para el básquet y varios equipos de fútbol, pero, además, “nuestra ciudad es una de las tres plazas más importantes de sóftbol en Argentina, junto a Paraná y Buenos Aires. Los resultados en el Torneo Anual de Clubes muestran que tenemos tres equipos entre los ocho mejores del país: El Nacional, Liniers e Indios”, relata el Dr. Deguer.
A la hora de comer, nos cuenta, están “los típicos restaurantes con platos de mar y la carne como expresión de la zona agropecuaria. Una de las comidas típicas, más allá del asado, es el pollo al disco, como en toda la zona sur de Buenos Aires. Y finalmente el cubanito, que hoy tiene cada vez más versiones: bañados en chocolate, cubiertos con frutos secos, rellenos con crema de avellanas, maní, limón, banana, oreo, helado… y es tan típico como el uso del ‘pero’ al final de la oración”.