Nació como tantas otras de la provincia gracias a los tendidos del ferrocarril. En Roque Pérez encontramos parte de nuestra historia más antigua y más reciente. Todo acompañado por naturaleza y una gastronomía tradicional.
“A la hora de la siesta, dejamos las puertas abiertas y las bicis sin candado”, nos cuenta el Dr. Ignacio Elliff presidente del Círculo Médico de Roque Pérez. Es que a pesar de que se trata de una ciudad en la que viven más de 12.000 personas, la comunidad conserva algunas de las buenas costumbres de las poblaciones más pequeñas. “Todos nos conocemos y nos saludamos. Y si no conocemos nos saludamos igual, agrega el Dr.Elliff. Además, hay algo muy de pueblo que llama la atención de los turistas y es que no sabemos los nombres de las calles. Generalmente, usamos referencias locales para señalar un lugar; decimos “enfrente de lo Fulano” o “al lado de Panadería Mengano”.
De la mano del tren
La red ferroviaria de nuestro país llegó a recorrer unos 50 000 kilómetros en sus años gloriosos. Una red a la medida de un país de vastas dimensiones y que nació en buena parte como socia de la explotación agropecuaria de la llanura pampeana.
Los ferrocarriles tuvieron un papel clave en el desarrollo económico y la consolidación de nuestro país entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Corría el año 1883 y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires compró al Ferrocarril Oeste el ramal que llegaba hasta Lobos y comenzó a estudiar cuál sería el camino para la continuación de la línea hasta Saladillo, y dónde se asentaría la futura estación. Un año después se construía la estación de Roque Pérez en el campo perteneciente a la sucesión de don Félix Gutiérrez.
La flamante estación originó un núcleo de población a partir de 1888, como consecuencia de la división de terrenos en pequeños lotes.
El nombre del pueblo surgió a partir de la oferta que el Ferrocarril Sud le hizo a Juan Espelosín, dueño de una de las once casas de comercio que había por entonces en el poblado, de ponerle su nombre por ser el donante de las tierras.
Sin embargo, Espelosín propuso que llevara el nombre del Dr. José Roque Pérez en su homenaje, por haber dado la vida combatiendo la fiebre amarilla y que, además, era conocido en la zona ya que había sido dueño de la estancia “San José”.
Historia, naturaleza y calma, un combo perfecto
Para conocer los secretos de la ciudad y no perdernos nada, contamos con el Dr. Elliff, nuestro guía local. “Quien nos visite debería iniciar su recorrido en el Centro de Interpretación Histórica ubicado en la antigua casa de la estación del ferrocarril para allí programar qué prefiere recorrer porque la propuesta es amplia y quizás no llegue a realizarse en un solo día. En lo personal yo recomiendo conocer el Museo Rancho Casa Natal de Juan Domingo Perón y el Galpón de exposiciones, un galpón ferroviario convertido en museo, custodio de nuestro pasado, ambos en el casco urbano”.
En 1893 Mario Tomás Perón y Juana Sosa compraron terrenos en Roque Pérez y construyeron una modesta casa, una de las primeras, quedaba cerca a la estación del ferrocarril.
La primera habitación desde la entrada al terreno fue el dormitorio de la infancia de Juan Domingo Perón, hasta por lo menos los seis años, aunque siempre se mantuvo este dato oculto.
Desde el casco urbano, continúa el recorrido el Dr.Elliff “se bifurcan dos caminos con hermosos atractivos, uno es el recorrido hacia Carlos Beguerie, una pequeña localidad rural de 400 habitantes que parece detenida en el tiempo, con sus cuatro almacenes de campo, dos museos y un sendero natural.
La otra propuesta nos lleva al paraje La Paz/ La Paz Chica, un recorrido de 7 Kilómetros donde podemos visitar la Pulpería La Paz, habilitada por Juan Manuel de Rosas, la antigua Estafeta Postal, hoy restaurant Gourmet, el Almacén San Francisco y el Cine Club Colón, único cine rural en funcionamiento de la Provincia de Buenos Aires”.
Como tip extra, el Dr. Elliff nos propone “tres actividades que son muy populares en los últimos tiempos: la primera es el biciturismo y la segunda, los safaris fotográficos para disfrutar y guardar la belleza de nuestro paisaje natural y, por último, para los fanáticos del avistaje de pájaros, la zona ofrece una rica variedad de especies”.
Frente a la plaza principal nos encontramos con una llamativa curiosidad junto a la majestuosa Iglesia San Juan Bautista, vemos una pequeña capilla que la comunidad quiso conservar en memoria del primer lugar de encuentro social y religioso.
Ambos espacios son protagonistas en la Fiesta de Autonomía de Roque Pérez, que el azar hizo que coincida con las fiestas patronales.
Por eso, tal como nos cuenta el Dr. Elliff, frente a las iglesias, “todos los 24 de junio la comunidad de la iglesia católica organiza un gran guiso de mondongo”.
“Para los amantes de la naturaleza son imperdibles la Laguna de Ratto y las “33 Hectáreas”, nos cuenta el Dr. Elliff. Es importante saber que el primer espacio es para recorrer y disfrutar de la naturaleza y el segundo es apto para recrearse, acampar, y realizar otro tipo de actividades”.
El “33 hectáreas” es como popularmente se conoce al Predio del Bicentenario que permite la práctica de actividades como ciclismo y sendas para correr o caminar. Además, cuenta con dos playones deportivos, una cancha profesional de césped sintético y un incipiente polideportivo. Los visitantes podrán encontrar también parrillas, mesas y bancos de acceso gratuito.
La laguna Ratto, por su parte, es un espacio natural recuperado por el Municipio y utilizado con fines educativos y turísticos de recreación responsable. Tiene como “Guardianes Verdes” a los alumnos de la Escuela Primaria N°2.
“Mucha gente disfruta también de la pesca en el río salado. A ellos les recomiendo el predio Puente Peralta que está habilitado para la actividad y posee la infraestructura adecuada para que la actividad sea segura”, agrega el Dr. Elliff.
El segundo fin de semana de cada mes, se realiza a cielo abierto, en la plaza Mitre el Mercado Municipal Bien Auténtico, una iniciativa que construye puentes entre productores, vecinos y visitantes.
Ofrece una variada propuesta gastronómica y artesanal, acompañada por espectáculos locales y regionales.
A pura tradición
Los almacenes de campo son una de las estrellas de la zona.
A la hora de comer “cada uno tiene un plato especial que lo caracteriza por su exquisita gastronomía tradicional, nos asegura el Dr. Elliff. Pero hablando de gastronomía son imperdibles nuestros deliciosos regionales entre los que se destacan la producción de chacinados y miel.
El primer sábado de cada año se celebra la noche de los Almacenes, en la que todas antiguas pulperías y ramos generales abren en simultaneo con una fiesta llena de música en vivo y gastronomía regional. En las últimas dos ediciones prepandemia concurrieron alrededor de 30 mil personas en una sola noche”, agrega el DR. Elliff.
Entre los más destacados encontramos el Almacén de Ramos Generales La Paz, el más grande y antiguo.
En la zona del paraje La Paz Chica encontramos el almacén del mismo nombre. Por último, el almacén San Francisco.Un poco más alejados del circuito, llegamos al Paraje Forastieri y el Bar La Querencia, un auténtico boliche de campo que reúne a los lugareños para comer algo, jugar al Mus o al Tute y tomar una cervecita después de trabajar en el campo.
Antes de irse, se puede visitar la Estancia La Carolina una antigua construcción de ladrillo revocado con techo de chapa a dos aguas, que fue el hogar de quién diera nombre a esta localidad y su estilo colonial se mantiene en excelente estado. Y en su interior se pueden observar todos los muebles y objetos pertenecientes a la época. El exterior es un atractivo indiscutible: su jardín reúne gran cantidad de plantas y árboles entre los que se encuentra un ejemplar de los eucaliptos obsequiados por Sarmiento. A pocos pasos de la casa, se conserva en muy mal estado, la antigua capilla de la estancia, de abobe con techo de paja y chapa a dos aguas, en cuyo interior aún podemos ver los elementos originales de la época.
Durante todo el año, Roque Pérez nos espera con sus paisajes, su tradición y una buena gastronomía para disfrutar una escapada con todos los sentidos.