3 de diciembre, día del Médico: la vocación de nuestros médicos

la vocación
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El Día del Médico se celebra el 3 de diciembre en honor a Carlos Juan Finlay, un médico cubano que descubrió que el mosquito Aedes aegypti es el transmisor de la fiebre amarilla.


La medicina es una carrera y una profesión que requiere mucho sacrificio y dedicación en la cual la vocación juega un papel importante. A lo largo de los años, en la revista Somos Médicos, le preguntamos a nuestros médicos cómo había nacido la vocación.

Esta semana iremos publicando las diferentes respuestas que nos fueron dando.

Juan Cumba y un profesor de biología

Pehuajó, cardiólogo

“Te voy a contar como decidí. Mi mamá no quería que yo estudiara medicina, le parecía muy sacrificado, entonces yo decía que iba a estudiar veterinaria y un día un profesor de biología o anatomía habló como media hora de una prueba que yo había hecho. Y ese día decidí, y le dije a mi madre que iba a estudiar medicina. Yo era chico, pero ya la tenía bien clara. Me gustaba lo que hacía mi padre, lógicamente.

Él era como yo, tiene una calle en Madero (el pueblo de donde vengo) con su nombre, era una persona muy reconocida, todavía lo extrañan.

Dr. Raúl Sadovsky, una cuestión de familia

Carlos Casares, clínica médica y cardiología

Bueno, en mi familia, salvo mi papa, son todos médicos, mis tíos, mis primos… Así que de ahí me habrá llegado, claro que además me gustaba. Cuando terminé el colegio nacional mi papá me preguntó qué iba a hacer y yo le contesté que me quería ir a Europa a estudiar música. Y mi papá -que era muy gracioso- me dijo: “¿vos sabés nadar? Porque yo no te puedo mandar”.  Y entonces vine acá a la Facultad.

Medicina no es una carrera fácil y no es corta… Pero yo siempre anduve entre médicos. Mi padrino que era médico acá en Casares me llevaba a todos lados con él…  Cuando vos tenés una familia en la que se dedican todos a lo mismo, para vos es muy natural, casi como una cuestión genética.  Yo tengo muchos primos médicos y con los que tienen la misma edad que yo empezamos medicina juntos… Y después cuando empecé a estudiar, estaría en segundo año y cuando venía a mi casa, iba al hospital todos los días, todo era muy natural.

Dra. Cristina Borrajo, el gen empático

Luján, neumonología

En mi caso fue una verdadera vocación, yo siempre supe que quería ser médica, desde chica. Siempre tuve la idea de que con la medicina podía ayudar a gente que lo necesitara. No sé habré tenido algún gen altruista.

Para mí, la medicina es todo; es mi vida, es lo que me gusta ser, es lo que yo elegí. Significa todas las alegrías, todas las tristezas, la medicina es mi vida. La verdad es que no sé qué hubiera sido si no fuera médica.

Dr. Juan Antonio Piñeyro, un médico de familia

Colón, diabetólogía

Nosotros éramos vecinos del Dr. Felipe Gorgoglione, que era un viejo médico de pueblo. Y él de a poco, sin quererlo y sin buscarlo me fue inculcando, no solamente esta profesión sino también esta especialidad: yo soy médico generalista, en otras partes se lo denomina médico de familia o de cabecera. Y a pesar de que se llame generalista es una especialidad. Yo veía en él la simpleza, el desinterés y el cariño que le tenía todo el pueblo. Yo soy de Melincué, en la Provincia de Santa Fe, un pueblo chico y él era una de las personas más respetadas, como pasaba en esos tiempos, lo mismo con la maestra, muy distinto de lo que es ahora que lamentablemente se han perdido todos esos valores.

Dr. Gustavo Zanelli, amor a la biología

Olavarría, patología

Yo creo mi vocación nació por curiosidad, tuvo que ver la bilogía, como a todos los patólogos a mí me gusta la botánica. Yo voy por la calle y te tengo que decir que eso es una mimosofolia, –dice señalando un jacarandá- porque si no me vuelvo loco, es como que estamos permanentemente mirando caras y reconociendo… que es lo que hacemos en el microscopio, miramos una carita y decimos, pertenece a tal cosa…

Dr. Luis Alberto Urizar, antecedentes familiares

Stroeder, cirugía

Yo tengo antecedentes familiares – dice y sonríe – tengo un tío abuelo y otro tío médico, además es una profesión que siempre me gustó. Yo hice el servicio militar y me recibí de subteniente y había dos posibilidades: armas o sanidad y yo elegí sanidad. Yo ya había empezado la carrera, mi vocación fue siempre muy definida hacia la medicina, no solamente cuando salí del secundario. Evidentemente, además del antecedente familiar, tenía la vocación. Y la verdad es que no estoy arrepentido, porque me gustó siempre la medicina y hasta ahora me gusta. A pesar de los años, sigo ejerciendo en el hospital y en el consultorio.

Dr. Pedro Dragone, vocación y sacrificio

Lomas de Zamora, pediatría

En mi familia no había antecedentes de médicos. Mi viejo es aparador de calzado y mi vieja, ama de casa. Aparador de calzado es el que hace la parte de arriba del zapato, el que menos gana. Así que siempre estuve en la clase humilde, media baja. No tuvimos necesidades, pero tampoco lujos. Pero bueno, uno después se rodea de gente amiga y empieza a tratar de ver qué le gusta y me empezó a gustar la medicina. Mi problema era cómo pagarme los estudios. Así que primero estudié técnico en laboratorio y empecé a trabajar los fines de semana. Fue duro y a medida que iba avanzando en la carrera, se complicaba, así que sumé algunos trabajos de noche, pero nada es un sacrificio cuando a uno le gusta.

Dra. Lorena Mattei, del brazalete en la primaria a la universidad

Zárate, medicinia familiar

¿Cómo fue le llamado vocacional?  En realidad, me di cuenta medio tarde de que empecé de chiquita, porque hice la primaria en una escuela rural y era la encargada de la asistencia. Iba con el brazalete con la cruz para ayudar en los primeros auxilios. Y después en la secundaria, me sacaron un lunar y me encantó lo que hacía la médica patóloga. Y empecé medicina en la UBA, fui ayudante de anatomía patológica en primer año de la residencia y empecé a darme cuenta de que me gustaba más estar con la gente que con los preparados.

Dr. Fernando Marcelo Gómez, una vocación que crece

Bahía Blanca, diagnótico por imágenes

Yo no tuve eso del llamado de la vocación. Lo mío fue que siempre me pareció que me gustaba. Yo creo que podría haber hecho varias cosas. Pero sé que elegí muy bien. Fui viendo que cada vez me gustaba más. Y una vez dentro de la carrera me fui dando cuenta de qué era lo que más me gustaba.

Dr. Carlos Sinagra, de tal tío tal sobrino

Quilmes, cardiología

Yo de chico perdí a mi mamá y quedé con mis abuelos y mi tío paterno es médico. Ahora está jubilado, pero fue en cierta forma el eje que me llevó a seguir medicina, estar en contacto con él, fue mi mentor. En parte por el me dediqué a la medicina y también por empezar a ayudar a la gente, tratar de resolver sus temas de salud.

 

¡Feliz día, para todos!