Lejos, muy lejos de la mala prensa que le hiciera Poncio Pilatos, allá por el principio de los tiempos, el lavado de manos tiene una enorme importancia en el cuidado de la salud. Según la OMS se trata de la medida más económica y efectiva para prevenir enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado al 5 de mayo de 2017 como el Día Mundial del Lavado de Manos y ha lanzado su campaña anual de concientización, bajo el lema «La lucha contra la resistencia a los antibióticos – está en sus manos».
De esta manera se enlazan dos temas de máxima actualidad: por un lado, que tanto en las instituciones de salud como en los hogares se descuida la higiene de las manos y por otro que la creciente resistencia bacteriana a los antibióticos se extiende en todo el mundo como una amenaza sanitaria de primer orden.
¿Cómo, cuándo y por qué?
Lograr un mejor desempeño sobre este tema en las instituciones de salud es fundamental. Por eso es necesario diseñar planes de mejora en cada aspecto de la atención sanitaria. La OMS ofrece materiales y estrategias adaptadas a todos los niveles de complejidad.
Los conceptos básicos son:
- La higiene de las manos puede lograrse de dos maneras: la desinfección con productos a base de alcohol y el lavado con agua y jabón
El desinfectante alcohólico se usa cuando las manos no están visiblemente sucias.
El lavado con agua y jabón es imprescindible cuando las manos están visiblemente sucias, cuando hayan entrado en contacto con sangre u otros fluidos corporales, o después de usar el inodoro. También cuando haya exposición sospechada o confirmada a gérmenes que liberan esporas –en particular los brotes de Clostridium difficile.
- La higiene de manos es esencial para las personas dedicadas a la atención sanitaria, y también para familiares o cuidadores que participen en la atención de un paciente.
La higiene de manos es la medida más importante para prevenir la transmisión de gérmenes perjudiciales y evitar así las infecciones asociadas a la atención de la salud y las miles de muertes por infecciones adquiridas en la atención sanitaria.
Manos a la obra: la higiene de las manos paso a paso
Lavar las manos con producto desinfectante
- Aplicar suficiente el producto desinfectante en la palma de la mano
- Frotar las palmas entre sí
- Frotar la palma izquierda con el dorso derecho entrelazando los dedos y viceversa
- Frotar las palmas con los dedos entrelazados
- Frotar el dorso de los dedos con la palma de la mano opuesta, agarrando los dedos
- Con un movimiento de rotación frotar cada pulgar agarrándolo con la mano opuesta
- Frotar la punta de los dedos de cada mano contra la palma de la otra con un movimiento de rotación
- Una vez secas las manos son seguras
Lavar las manos con jabón
- Mojar las manos
- Aplicar suficiente jabón en la palma de la mano
- Frotar las palmas entre sí
- Frotar la palma izquierda con el dorso derecho entrelazando los dedos y viceversa
- Frotar las palmas con los dedos entrelazados
- Frotar el dorso de los dedos con la palma de la mano opuesta, agarrando los dedos
- Con un movimiento de rotación frotar cada pulgar agarrándolo con la mano opuesta
- Frotar la punta de los dedos de cada mano contra la palma de la otra con un movimiento de rotación
- Enjuagar las manos
Repetir los pasos 2 a 7 de la higiene con desinfectante
- Secar las manos con una toalla desechable
- Cerrar la canilla con una toalla de papel
- Las manos son seguras
Cuidar las manos que cuidan
Para minimizar los efectos del lavado frecuente conviene:
- Aplicar una crema o loción protectora al menos una vez al día.
- No lavar las manos con agua y jabón inmediatamente antes o después de frotárselas con alcohol.
- No utilizar agua caliente
- Después de usar desinfectante o de lavarse las manos, dejarlas secar completamente antes de ponerse guantes
Es importante
- Mantener las uñas bien cortadas y no usar uñas postizas al estar en contacto directo con los pacientes.
Los guantes descartables: cuándo y cómo usarlos
Los guantes constituyen un auxiliar importante para evitar la transmisión de gérmenes. Sin embargo, hay que recordar que su uso no reemplaza la higiene de manos.
Pequeñas acciones, grandes resultados
Los principios y las técnicas de la higiene de manos son simples y su eficacia está bien comprobada. Sin embargo, cuando se realizan mediciones en instituciones médicas de todos los tamaños se encuentra que el cumplimiento es muy deficiente.
Con su campaña, la OMS pide al personal asistencial que «Se lave las manos en los momentos adecuados y detenga de esta manera la propagación de la resistencia a los antibióticos». Todos tienen un rol: los directores y administradores de hospital deben «Liderar el programa de prevención y control de infecciones todo el año para proteger a los pacientes de las infecciones resistentes». Los responsables de formular políticas deben “hacer que la prevención de infecciones y la higiene de manos sea una prioridad política nacional «. Por su parte, el personal cuya tarea específica es la prevención y control de infecciones es el responsable de «Implantar los Componentes Esenciales de la OMS para la prevención y control de infecciones, incluyendo la higiene de manos, a fin de combatir las infecciones resistentes a los antibióticos”.
Mucho por hacer
Han transcurrido 10 años desde la puesta en marcha del programa de higiene de manos de la OMS, con el lema «Una atención limpia es una atención más segura». El grado de avance en su implementación varía mucho entre las instituciones sanitarias. Es por eso que la propia estrategia incluye herramientas para evaluar en qué etapa se encuentra y cómo progresar a partir de allí.
Todas las organizaciones relacionadas con la atención de la salud deberían contar con un programa de higiene de manos, medir sus resultados y actuar en consecuencia. Hay muy buenas razones para hacerlo.
