El vapeo: problemas para la salud y el medio ambiente

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El vapeo se propone como un reemplazo más sano al tabaco, sin embargo tiene importantes riesgos para la salud. La industria apunta a los más jóvenes susceptibles a las conductas adictivas.


En 1492 Colón llegó a América. Hacia fines de octubre, pisó las costas cubanas donde encontró que los indígenas expulsaban humo por la boca. Ese humo provenía de unos cilindros hechos con hojas secas: el tabaco. Pronto descubrió que su consumo estaba asociado a fines mágicos, religiosos y medicinales.

Pasaron los siglos y el tabaco formó parte de la vida de millones de personas alrededor del mundo. Hoy sabemos que fumar es perjudicial para la salud. Sin embargo, a mucha gente le resulta sumamente difícil abandonar el hábito.

Buscando sustitutos para el consumo de tabaco, el vapeo se impuso como alternativa.

Una breve historia

El vapeo es el acto de inhalar y exhalar líquido vaporizado, que suele contener nicotina, aromas y otros aditivos. Aunque su último apogeo data de los 2000, tiene una larga y variada historia.

El primer uso registrado es en el antiguo Egipto, donde usaban rocas calientes para vaporizar hierbas con fines medicinales. A lo largo de la historia, el vapeo se ha utilizado por diversas razones, desde la relajación hasta la recreación.

El cigarrillo electrónico
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El cigarrillo electrónico moderno fue introducido en 2003 por un farmacéutico chino llamado Hon Lik. El dispositivo usa una batería para calentar un líquido con nicotina, que produce un vapor que se puede inhalar.

La tecnología evolucionó a lo largo de los años, con baterías más potentes y sabores más sofisticados.

A mediados de la década de 2000, el vapeo empezó a imponerse como una supuesta forma de dejar de fumar.

El cigarrillo electrónico propone disfrutar de la experiencia de fumar sin (supuestamente) los riesgos para la salud asociados.

Sin embargo, ni los riesgos son tan menores, ni el reemplazo es tan eficiente como aseguran.

“Muchas veces la nicotina que contiene el cigarrillo electrónico no es suficiente para ocupar los receptores que un gran fumador necesita. La mayoría de los vapeadores tiene una particularidad, muchos estudios en todo el mundo muestran que, de alguna manera, con este concepto de pensar que es mejor o que están aliviando la carga del tabaco combustible común y corriente, fuman las dos cosas, afirma la Dra. Cristina Borrajo, neumonóloga especialista en tabaquismo y medicina respiratoria.

En realidad, se llaman fumadores duales, que son aquellos que, en vez de fumar 20 cigarrillos comunes por día, fuman 10 y vapean el resto del día… o cualquiera sea la proporción, pero fuman las dos cosas y eso es muy frecuente”.

El vapear es perjudicial para la salud

Aunque el vapeo se propone como una alternativa menos dañina que el cigarrillo tradicional, “las ventajas que tiene usar cigarrillos electrónicos o vapear con respecto a fumar, no existen realmente, -asegura la Dra. Borrajo-porque el vapor (que en realidad más que un vapor es un aerosol) que tienen los cigarrillos electrónicos tiene tóxicos, y por eso irritan la vía aérea. Además, producen algunos cambios que más adelante, como esto es relativamente nuevo, no sabemos en qué pueden terminar.

Hay estudios muy nuevos, de este mes, que dicen que los pacientes o las personas que dejan de fumar y siguen usando cigarrillo electrónico tienen más chances de tener un cáncer de pulmón que aquellos que no usan el vapeo después de dejar de fumar. Porque, de alguna manera, la agresión, si bien es menor, porque faltan los elementos que provocan la combustión del cigarrillo, es continua y puede seguir provocando la inflamación de la vía aérea a lo largo del tiempo”.

Además de los problemas respiratorios, el vapeo trae aparejados otros riesgos que van desde la adicción hasta problemas neurológicos e intestinales.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California (UC) en San Diego informaron que el uso diario de cigarrillos electrónicos basados en cápsulas altera el estado inflamatorio en múltiples sistemas de órganos, incluidos el cerebro, el corazón, los pulmones y el colon.

El estudio fue publicado en la revista eLife y el equipo de investigadores se centró en la marca de cigarrillos electrónicos más destacada hoy en EEUU, JUUL.

En pruebas realizadas con ratones, los efectos más sorprendentes se verificaron en el cerebro, donde se elevaron varios marcadores inflamatorios. Los resultados muestran una neuroinflamación que se relaciona con la ansiedad, la depresión y las conductas adictivas, lo que podría exacerbar aún más el uso de sustancias y la adicción. “Muchos usuarios de JUUL son adolescentes o adultos jóvenes cuyos cerebros aún se están desarrollando, por lo que es bastante aterrador saber lo que puede estar sucediendo considerando cómo esto podría afectar su salud mental y su comportamiento en el futuro”, advirtió Crotty Alexander.

Los genes inflamatorios también aumentaron en el colon, lo que podría incrementar el riesgo de enfermedad gastrointestinal.

Un mercado que crece
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En los últimos años, el vapeo creció rápidamente. Cada vez más personas lo utilizan y es un mercado que mueve cifras largamente millonarias.

La tecnología del vapeo avanzó logrando que sea más agradable y eficiente para sus consumidores.

Opciones como el control de temperatura del dispositivo para obtener el sabor y la producción de vapor perfectos y la oferta de dispositivos variados para diferentes tipos de preferencias contribuyen al crecimiento de usuarios.

Pero con el vapeo, también crece el consumo de tabaco.

“Resulta llamativos que los fabricantes de los cigarrillos electrónicos más conocidos en el mundo son tabacaleras. Como es el caso de IQOS, que es un cigarrillo electrónico muy especial, que contiene tabaco y está fabricado por Philip Morris.

El vapeo induce a fumar, eso es un hecho y por eso la industria tabacalera apunta su publicidad y elige como target a niños y adolescentes.

Estos niños y adolescentes empiezan a consumir cigarrillos electrónicos y se ha comprobado en muchos trabajos que, al año, año y medio, están consumiendo cigarrillo común.

Las tabacaleras se han dado cuenta de que los adolescentes son muy sensibles a cualquier tipo de adicción, entonces están enfocando su publicidad, sus objetivos y todo su esfuerzo para que los niños y adolescentes consuman cigarrillos electrónicos.

Por eso, este año, la Organización Mundial de la Salud hace hincapié en ese hecho, en evitar la inferencia de la industria tabacalera en los niños, con esta falsa idea de que el cigarrillo electrónico es menos dañino”.

 

El vapear también es perjudicial para la salud del planeta
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A pesar de presentarse como una alternativa más limpia a los cigarrillos convencionales, los cigarrillos electrónicos también tienen un impacto negativo en el medio ambiente. Estos dispositivos de un solo uso no pueden ser reciclados ni tirados a la basura.

Por un lado, están las baterías que, aunque son recargables, cuando se desechan, pueden liberar metales pesados tóxicos como el litio, el cobalto y el níquel en el suelo y el agua.

Por otro lado, los vapeadores producen contaminación debido a la nicotina del e-líquido y a que contienen desechos tóxicos en su interior como metales pesados.

Además, sus cartuchos están hechos de plástico y generalmente no son biodegradables.

A nivel energético, la huella es alta. La producción y el funcionamiento de los cigarrillos electrónicos requieren una cantidad significativa de energía que contribuye a las emisiones de carbono y al cambio climático.

En Argentina, el vapeo está permitido, pero la venta, importación y distribución de vapeadores y sus accesorios está prohibida.

Los riesgos para la salud tanto del tabaco como del vapeo son altos, por lo que la mejor solución es intentar por todos los medios, dejar ambos productos.